Jesús anuncia la vida. Para Jesús la vida es cosa preciosa, “más que el alimento” (Mt 6,25). Él mismo cura y devuelve la vida, como si no pudiera tolerar la presencia de la muerte. Es la verdadera vida. Para entrar en ella y poseerla hay que seguir el camino estrecho, sacrificar todas las riquezas y hasta la vida presente (cf. Mt 16, 25 ss). En Jesús está la vida. Cristo posee la vida desde la eternidad. Encarnado es la Palabra de Vida; dispone de la vida y la da en abundancia (Jn 10,10). Es el príncipe de la vida. Lo que Jesús pide lo hace él el primero; lo que anuncia, lo da. Libremente, por amor al Padre y de los suyos, como el Buen Pastor “da su vida” (Jn 10,17 ss). Ser cristiano es vivir en Cristo. Este paso de la muerte a la vida se repite en quien cree en Cristo y “bautizado en su muerte” (Rom 6,3), vive en adelante para Dios en Cristo Jesús. Así participa de la vida de Dios, a la que en otro tiempo era extraño. No está sometido a la carne, puede atravesar la muerte y vivir para siempre. La muerte es absorbida por la vida. Cuanto mayor es la participación del cristiano en la muerte de Cristo, tanto más manifiesta su vida aún en su cuerpo. Es necesario que lo que es corruptible, se vista de inmortalidad. La vida con Cristo, esperada de la resurrección, es posible inmediatamente después de la muerte. Esta vida, sin embargo, sólo tendrá su perfección el día en que también el cuerpo, resucitado y glorioso tenga participación en ella. Entonces ya no habrá muerte. Todo quedará sometido a Dios que será “todo en todos” (1 Cor 15,28). <span class="Estilo2">Anunciar a Jesucristo</span> Durante este año 2007, toda la Familia Salesiana está invitada por el Rector Mayor a trabajar por la cultura de la vida pues “ante una cultura de muerte estamos llamados a tomar la vida como Evangelio y a releer el Evangelio de la vida, para celebrarlo y servirlo”. Así lo manifiesta el sucesor de Don Bosco en el tradicional Aguinaldo que, para 2007 ha dirigido a toda la Familia Salesiana y cuyo lema es “dejémonos guiar por el amor de Dios a la vida”.“En un momento –explica don Pascual Chávez-, en que la vida está especialmente amenazada, como Familia Salesiana nos comprometemos a asumir con gratitud y con alegría la vida como un don inviolable, a promover con pasión la vida como un servicio responsable y a defender con esperanza la dignidad y la calidad de toda vida, sobre todo la más débil, pobre e indefensa”. Para ello, invita a “que todos los miembros de la Familia Salesiana propongan estos contenidos ya desde el primer anuncio del Evangelio y, después, en la catequesis y en las distintas formas de predicación, en el diálogo personal y en toda acción educativa; que los educadores, profesores, catequistas y agentes pastorales pongan de relieve las razones antropológicas que fundamentan y sostienen el respeto de toda vida humana; y que todos trabajemos en red con cuantos están comprometidos en hacer surgir una nueva cultura de la vida”. Uno de los compromisos concretos a favor de la vida que el Rector Mayor propone a toda la Familia Salesiana en el Aguinaldo para el 2007 es el de “anunciar a Jesucristo como sentido y fuente de vida”. “Tal vez –señala- no ha sido nunca tan urgente como hoy la evangelización, el anuncio de Jesús, frente a un mundo que exalta modelos engañosos y seductores, que no dan ni logran dar un sentido a la vida”. “La evangelización –prosigue don Pascual Chávez- es la mejor propuesta de vida humana plena y feliz. Por esto, debemos comprometernos a realizarla con franqueza y entrega en todos los ambientes juveniles. Dada la variedad de estos últimos, la evangelización exige propuestas diversas según la situación de los jóvenes a los que nos dirigimos”.
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