Presentamos el instituto secular Voluntarios con Don Bosco, uno de los grupos más jóvenes de la Familia Salesiana, dialogando con el primer miembro del Instituto en España.P.- ¿Qué son los Voluntarios Con Don Bosco (CDB)? ¿Cuándo fueron fundados y quién es el fundador? R.- En la década de los ochenta, en diversas partes del mundo, surgió en el espíritu de varios jóvenes el deseo de una consagración total al señor, según el espíritu salesiano, para ser vivida en el mundo, en la secularidad. A finales de diciembre de 1993, varios de estos jóvenes, procedentes de Paraguay, Venezuela, Malta e Italia vinieron a Roma para poner en común sus experiencias y ver lo que se debería hacer. Finalmente, en 1994, con la determinante presencia del entonces Rector Mayor Don Viganó, siete jóvenes emiten su primera profesión cualificándose como CDB. Se toma como fecha fundacional el día 12 de septiembre. P.- Los CDB son un grupo de la Familia Salesiana muy reciente, cuántos sois y cómo está organizado el Instituto. R.- Ya somos más de ochenta en todo el mundo. Estamos organizados en grupos, subgrupos y “presencias dependientes del centro”, cuando el número de voluntarios en un país no alcanza las personas necesarias para constituirse en grupo o subgrupo.P.- En España está comenzando la implantación del grupo, ¿cómo va este proceso? ¿Cómo es la realidad en nuestro país? R.- Hasta hace poco tiempo, un voluntario de Centroamérica estuvo en Madrid, haciendo su doctorado. En la actualidad sólo hay un voluntario y miramos con esperanza algunas consultas y aproximaciones que han hecho algunos jóvenes.P.- Permíteme una pregunta un poco más personal. ¿Cómo descubriste tú este grupo y esta vocación? R.- De siempre he sentido la llamada del Señor, pero no terminaba de decidirme. Hace ya algún tiempo, un salesiano me presentó esta vocación, me puse en contacto con el entonces Responsable Central, por medio de Internet, y con el apoyo del asistente salesiano que me designó el Inspector, fuimos recorriendo el itinerario de discernimiento, formación y, así, hasta hoy.P.- El nombre del Instituto habla de “voluntarios”. Hoy estamos acostumbrados a oír hablar de voluntariado en todas las esferas, pero este nombre vuestro indica algo más, ¿no? R.- Ciertamente hoy el uso de la palabra voluntario se presta a confusión con la de los que prestan de manera voluntaria y temporal un servicio a la sociedad o a la Iglesia. Yo entiendo que el Voluntario expresa su voluntad de cooperar con Don Bosco en la obra de evangelización de los jóvenes, pero de una manera definitiva, no temporal. El CDB se entrega todo él para el mundo, en las diferentes profesiones y circunstancias laborales y civiles, pero su vida está consagrada a Dios, con los votos de pobreza, castidad y obediencia. Como salesianos, nuestro corazón es para los jóvenes.P.- Algo que nos puede resultar extraño es eso de ser “consagrados en el mundo”, fuera de las comunidades religiosas. ¿Cómo se realiza esta especial consagración? R.- Como he apuntado, no tenemos vida de comunidad y nuestro compromiso con el Señor se desarrolla de manera individual. Cuando es posible, nos reunimos con otros hermanos y compartimos nuestra vocación y trabajo con ellos. Nuestro trabajo hace que nos sintamos unidos a Cristo que en el trabajo de cada día actúa por su Padre en la realización de su voluntad.P.- Y sobre la misión, ¿cuál es la específica que realizáis? R.- Como consagrados en el espíritu salesiano, prestamos especial atención, desde el lugar que ocupamos en la sociedad, a los jóvenes, sobre todo a los más pobres y abandonados, las vocaciones y las misiones. Uno de nuestros Hermanos, Nino Baglieri, es un ejemplo de la eficacia de nuestra vocación: Nino, con 17 años sufrió un accidente laboral y se vio reducido a vivir inmóvil. Después de un período de desesperación, gracias a su familia y al apoyo espiritual de adultos y jóvenes de distintas realidades eclesiales, redescubrió el sentido de su vida: testimoniar a Jesús, crucificado y resucitado, ante todo el mundo. Nino, cuyo proceso de beatificación se ha iniciado recientemente, hizo sus votos como voluntario y desde la difícil realidad del lecho de sufrimiento e inmovilización, ha llegado a mucha gente. En el 2007 estuvo presente en las Jornadas de Espiritualidad Salesiana, en Roma y el 2 de marzo de ese mismo año falleció. Su presencia en Roma fue el último esfuerzo de mostrar su testimonio de fe y amor al Señor, testimonio que toca muy profundamente a los que lo conocen. P.- ¿Cómo entendéis la colaboración dentro de la Familia Salesiana? R.- Yo la entiendo desde la disponibilidad y la vocación de prestar nuestro esfuerzo allí donde otros no puedan llegar.P.- A tu juicio, ¿puede resultar atractivo para un joven hoy, el tomar como opción vocacional ser Voluntario con Don Bosco? R.- ¿Por qué no? El mundo de los Institutos Seculares llama a muchos jóvenes en todo el mundo. Yo creo que, de alguna forma se aproxima a la idea primigenia de Don Bosco que quiso fundar algo en donde no fuera necesario ser sacerdote para evangelizar. Don Bosco entonces fue un pionero que no pudo avanzar más en esa idea. Hoy la sociedad necesita presencia y testimonio de hombres y mujeres que actúen como levadura en la masa social. Me parece que el gran desafío es formarnos para presentar esta vocación a tantos jóvenes que podrían desarrollarse como laicos consagrados en el mundo.P.- Si un joven quiere saber más de vosotros, tiene inquietudes vocacionales, ¿con quién tiene que hablar, cómo se pone en contacto con vosotros? R.- Me gustaría poder decir que cualquier salesiano o salesiana le puede orientar hacia nuestro instituto. Hoy, afortunadamente en la “era internet”, es también fácil tomar contacto por esta vía con el Instituto, que se hospeda en la página de la congregación. Y en cualquier caso, en España, puede ponerse en contacto conmigo.
Fco. Javier Valiente
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