Queridos amigos: Que volváis a tener un nuevo ;i>Boletín Salesiano en vuestras manos significa que ya se ha pasado otro mes del año 2006. Concretamente, el de junio, que, estaréis de acuerdo conmigo, no es, ni mucho menos, un mes cualquiera del calendario, y no solo para los niños, adolescentes y jóvenes que todavía están en edad escolar o son estudiantes universitarios. Para éstos seguro que junio es un mes especial, porque en él terminan siempre un curso, una etapa en sus estudios o incluso una carrera y, como es de esperar, con mucho éxito todo. Pero, para adultos y mayores ¿por qué junio parece que es un mes especial también? Sencillamente, amigos, junio pensamos que es especial para chicos y grandes, porque es el mes en el que llega el verano. Lo cual no significa solo que hace más calor, sino, sobre todo, que llega un tiempo, más o menos largo, en el que, tanto los adultos y mayores como los niños, adolescentes y jóvenes, podemos tener esas vacaciones que tanto anhelamos o esperamos; muchos de nosotros, al menos, desde que, finalizadas las del verano anterior, nos reincorporamos al trabajo y demás tareas y deberes cotidianos. Es cierto que a lo largo del curso, adultos, mayores y, sobre todo, niños, adolescentes y jóvenes, hemos tenido ya algunos días de vacaciones, bien haya sido en Navidad, Semana Santa y otras fiestas a lo largo del curso, pero, seguro que estamos todos de acuerdo en que no son lo mismo esas vacaciones que éstas que nos disponemos a tomarnos ahora, salgamos o no de casa; y no son lo mismo, precisamente, por una razón aparentemente simple: éstas coinciden con el verano y aquéllas no. Y ¿qué tienen entonces de especial estas vacaciones que no tienen las que también podemos disfrutar durante otros días a lo largo del año? Quizás que, particularmente durante esos días de vacaciones que nos tomamos en este tiempo veraniego, ya permanezcamos en el sitio donde vivimos habitualmente, ya nos desplacemos a otro lugar, podemos disponer de mucho más tiempo libre del que, en realidad, disponemos en otras épocas del año; más tiempo que, lógicamente, podemos –y debemos- aprovechar para descansar, es decir, para olvidarnos, al menos por unos días, del despertador, las prisas, la monotonía de la vida diaria, e intentar renovarnos en el cuerpo y en el espíritu. Pero no de cualquier manera, si consideramos que ese descanso que tanto necesitamos todos no se puede confundir con el no hacer nada. Esos días de vacaciones –o de descanso- que nos tomemos durante unos días, bien de julio o bien de agosto, podemos aprovecharlos, sí, para descansar, pero, al mismo tiempo, para realizar otras muchas actividades que nos ayuden a seguir creciendo y perfeccionándonos humana y cristianamente. Antes de comenzar, pues, nuestras vacaciones, cada uno de nosotros deberá ver, cuál de esas actividades, aparte de las que ya tiene que hacer porque sí, le es más necesaria en las actuales circunstancias de su vida y programarlas –y programarse- en consecuencia. Los que formamos parte de la Familia Salesiana, y también todos los que somos amigos de don Bosco, podríamos empeñarnos durante este verano de 2006, al menos durante el tiempo de vacaciones del que dispongamos, en vivir más en familia. A ello nos impulsa, no solamente la celebración del V Encuentro Mundial de las Familias con el Papa en Valencia, del 1 al 9 de este mes de julio recién comenzado, sino también el Aguinaldo 2006 del Rector Mayor. Ya se sabe que lo que no se ha vivido durante los pasados días y meses del año, es muy difícil que se viva durante unos cuantos días de vacaciones en julio o en agosto, pero podemos intentarlo, de tal manera que, por lo menos allí donde estemos durante esos días de vacaciones, seamos capaces de crear ambiente y vivir el espíritu de familia que tanto nos recomendó don Bosco. Ya sabéis lo que hace falta para eso según él: familiaridad. Sin ésta, “no se demuestra el amor y, sin esta demostración –nos dejó escrito en la ;i>Carta desde Roma del 10 de mayo de 1884-, no puede haber confianza”. Pues, manos a la obra, y hasta que nos volvamos a encontrar en septiembre, feliz verano y felices vacaciones. Con mi afecto y oración.
Pablo Marín Director
No hay Comentarios