Fue en 1845 cuando tuvo lugar una de las anécdotas más recordadas entre Don Bosco y Rua, en el día en el que, sin esperarlo, se le acercó con una sonrisa diciendo: “Toma Miguelito, toma”. En aquel primer encuentro extendía su mano izquierda y con la derecha hacía la señal de cortar la palma en dos. “Nosotros lo haremos todo a medias”.
En 2016, ese gesto que tanto trabajo le costó entender al que sería el primer sucesor de Don Bosco, se llenaría de sentido con el paso de don Ángel Fernández Artime por España, una experiencia de renovación, cargada de retos y con una invitación clara a seguir el mismo sueño del santo de los jóvenes.
“Comentando con el Rector Mayor lo vivido, recordaba con alegría los momentos de encuentro. Estaba muy contento y satisfecho, y a mí me ha emocionado comprobar que juntos hemos emocionado a Don Bosco hoy. Hemos sido capaces de hacer brotar en él su alegría, su satisfacción, su gozo profundo. Se ha sentido muy orgulloso de esta gran familia que se ha reunido para acogerlo, escucharlo, celebrar, compartir y mostrarle el gran amor que le tenemos a Don Bosco”, con estas palabras explicaba lo vivido Alejandro Guevara, salesiano delegado inspectoríal de Familia Salesiana y coordinador de la visita en la Inspectoría Salesiana María Auxiliadora. “Con la visita fortalecemos el sentido de paternidad de Don Bosco. Realmente, como don Ángel dice, eso es un milagro”, añadía.
“Para mí la visita supone que Don Bosco ha estado aquí, entre nosotros. No es Ángel, un salesiano asturiano que podemos conocer, es Don Bosco. Nos visita un salesiano elegido por toda la Congregación para ser el décimo sucesor”, comentaba Jesús García, posnovicio de la Inspectoría Santiago el Mayor, mientras que Daniel Parejas, profesor y cooperador de Granada, ampliaba su respuesta mostrando que “la visita del Rector Mayor ha sido aire fresco, renovar la fe y la salesianidad, además de recodar que los salesianos forman parte del plan de salvación de Dios y que la Iglesia necesita que los Salesianos estemos con ella. Todos somos uno en el reino de Dios”, explicaba.
En esta visita los jóvenes también han tenido un papel protagonista. “Para mí la visita del Rector Mayor ha significado respirar la alegría junto a mí, sin ningún tipo de intermediario, ha sido Don Bosco presente en mi tierra”, explicaba una joven andaluza. Globos, bailes, cánticos, fuegos artificiales y numerosos pasillos para escoltar a don Ángel por los patios salesianos. Por su parte los jóvenes de las casas de acogida y los pisos de emancipación compartían su agradecimiento al Rector Mayor, “estamos en deuda con los salesianos. Gracias por todo el trabajo que realizáis para dar una segunda oportunidad”. Para muchos otros los nervios previos se convertían en una gran sonrisa, como el caso de una joven alicantina tras escuchar la respuesta de don Ángel. “Le pregunté por sus viajes, por lo más especial. Me respondió que había aprendido lo maravillosa que es la gente, la fuerza y vitalidad que tienen los jóvenes, que ha aprendido que tiene que confiar en nosotros”.
La nota de humor la ponía Horacio López, secretario personal del Rector Mayor, cuando contaba entre viaje y viaje una de las anécdotas más simpáticas de la visita. “Don Ángel preguntó a los más pequeños de la Inspectoría Santiago el Mayor si el que tenían delante se parecía al que aparecía en los carteles que decoraban las paredes de las casas. Los niños, con la sinceridad que les caracteriza, gritaron con fuerza que no, que el de las fotos era más joven”; entre risas el Rector Mayor culpó al Photoshop.
El director de Salesianos San Juan Bosco de Valencia, Juan Peris, expresaba el significado de la visita para una comunidad educativa donde la presencia del Rector Mayor se traducía como “la mirada y el gesto de amor de un padre y una madre”, o en el caso de Antequera, entre las paredes de una casa-hogar que en palabras de Miguel Montes, su director, vivió la visita como si abrieran las puertas del “otro Valdocco”, muy semejante a como lo hizo Don Bosco en el barrio de Turín, para unos chicos que recibieron el consejo de don Ángel: “No dejéis de sentir que creemos en vosotros porque valéis mucho”.
Por su parte, también numerosas autoridades han estado presentes en la visita, como el caso de Rafael Llamas, alcalde de Montilla y antiguo alumno del centro cordobés, quien afirmó que “se trata de mucho más que una visita, es un evento especial para toda la localidad al recibir al Rector Mayor de los salesianos, porque difícilmente existirá un montillano que no haya pasado por este patio”.
Para Miguel Gambín, director de Cabezo de Torres, la visita contaba con una bienvenida significativa al recordar que “en 60 años de historia era la primera vez que venía un Rector Mayor. Un día histórico para la ciudad”.
El testimonio de las salesianas también ha aportado luz a este encuentro. “En la Comunidad no hemos hablado de otra cosa, de su amabilidad, de su alegría, de su cercanía, de su sabiduría llena de Espíritu Santo. Rezamos por él”, explicaba sor Luisa Lagares, o Mª Pilar Gutiérrez, para la que “hay que dar gracias al señor y María Auxiliadora por el Rector Mayor que tenemos. Su buen ser, decir y hacer”.
Para los Antiguos Alumnos, “ha sido un éxito de cercanía y de contagio de fuerza y hemos sintonizado todos como familia que recibe el cariño y el consejo de su padre”, explicaba el Consejo de la Federación de AA.AA.
Días para confirmar con numerosos testimonios que aunque pase el tiempo en la España salesiana “lo haremos todo a medias”. ¡Gracias don Ángel!
Carlos Martín Trejo
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