En el Boletín Salesiano de enero de 1893, la carta de don Miguel Rua a los Cooperadores dice así: “Damos, por tanto, gracias al Señor por haber, en 1892, conseguido abrir Oratorios Festivos en Treviglio, Lugo, Savona, Alí, Catania, Niza de Sicilia, Niza Marítima, Lila, Utrera y Sevilla”.
En julio de 1892, los Salesianos toman posesión de un antiguo convento trinitario en Sevilla para abrir su oratorio festivo. Pero, definitivamente instalarán la comunidad y las escuelas profesionales el 4 de enero de 1893. El sacerdote Francisco Atzeni y el joven clérigo, en el futuro cuarto sucesor de Don Bosco, Pedro Ricaldone son los salesianos de Utrera elegidos para la fundación de esta casa salesiana. Esta historia comienza a forjar también la devoción a una de las tallas más veneradas en la ciudad, la de María Auxiliadora.
En el Boletín Salesiano de 1893 (pág.123 a 125) hay una carta de don Matías Buil dirigida a Don Rua, donde informa “de la fiesta de María Auxiliadora, que por vez primera se ha celebrado por los hijos de Don Bosco en la encantadora capital de Andalucía, la hermosa ciudad del Betis”. Además, comunica el acontecimiento principal de esta solemnidad que fue la primera misa de don Pedro Ricaldone, quizás la figura más importante de los primeros pasos de esta historia que dejó una huella imborrable.
También en 1892 se reunió, por tercera vez, el Congreso Católico Nacional Español en Sevilla. El “Congreso Católico Nacional” fue cada una de la serie de reuniones llevadas a cabo por católicos españoles a finales del siglo XIX y comienzos del XX, que trataban de dar una respuesta al clima sociopolítico de la época. Una de las conclusiones de este Congreso fue favorecer el desarrollo de la Pía Sociedad Salesiana por su dedicación a la clase obrera.
Miguel Ángel Fernández Díaz, sdb
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