De un corazón de un padre solamente pueden salir estas palabras de Don Bosco: “Cerca o lejos, yo pienso siempre en vosotros. Uno solo es mi deseo: que seáis felices en el tiempo y en la eternidad. Este pensamiento y deseo me han impulsado a escribiros esta carta. Siento, queridos míos, el peso de estar lejos de vosotros, y el no veros ni oíros me causa una pena que no podéis imaginar”. Es el principio de la conocida como “Carta de Roma” de Mayo del año 1884. Lejos de Turín no deja de pensar en sus muchachos. Os invito a buscar y leer esta carta que desarrolla todo un tratado sobre nuestro Espíritu de Familia. Es la carta de navegación y hoja de ruta para toda presencia salesiana y de nuestro conocido Sistema Preventivo.
Y junto a un corazón de Padre no puede faltar el corazón de la Madre. Es noviembre y como bien me ha escrito el P. Leandro Maíllo Calama SDB que está en la comunidad de Málaga, recordamos a la Venerable Mamá Margarita que nos dejó un 25 de este mes hace 159 años. En el corazón de Mamá Margarita, Don Bosco aprendió lo que dice en su Carta de Roma: “la familiaridad engendra afecto, y el afecto, confianza. Esto es lo que abre los corazones, y los jóvenes lo manifiestan todo sin temor a los maestros, asistentes y superiores. Son sinceros en la confesión y fuera de ella, y se prestan con facilidad a todo lo que les quiera mandar aquel que saben que los ama”. Fue madre y maestra en el primer hogar salesiano que fue el Valdocco de Turín para jóvenes sin hogar.
Dedicamos nuestro Boletín Salesiano a cada una de las familias que lo reciben. Es necesario y urgente cuidar nuestro espíritu de familia, nuestra pastoral familiar y entroncarla con la pastoral juvenil. Son claras las palabras del Papa Francisco en el encuentro con las Familias en Estados Unidos: “No podemos pensar en una sociedad sana que no le dé espacio concreto a la vida familiar. No podemos pensar en una sociedad con futuro que no encuentre una legislación capaz de defender y asegurar las condiciones mínimas y necesarias para que las familias, especialmente las que están comenzando, puedan desarrollarse. Cuántos problemas se revertirían si nuestras sociedades protegieran y aseguraran que el espacio familiar, sobre todo el de los jóvenes esposos, encontrara la posibilidad de tener un trabajo digno, un techo seguro, un servicio de salud que acompañe la gestación familiar en todas las etapas de la vida”.
“Dios siempre golpea las puertas de los corazones –dice el Papa Francisco a las familias– le gusta hacerlo. Le sale de adentro. ¿Pero saben qué es lo que más le gusta? Golpear las puertas de las familias. Y encontrar las familias unidas, encontrar las familias que se quieren, encontrar las familias que hacen crecer a sus hijos y los educan, y que los llevan adelante, y que crean una sociedad de bondad, de verdad y de belleza”.
Felicito por la conclusión del Bicentenario Carmelitano a toda la Familia surgida del corazón de la Santa Madre Teresa de Jesús. Mi recuerdo especial para las Madres Carmelitas Descalzas de Sanlúcar La Mayor (Sevilla) por su testimonio de oración y familia, de casa que siempre acoge.
Leonardo Sánchez Acevedo
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