Un Capítulo es una asamblea representativa de las comunidades y de las hermanas, en la que se reflexiona el tema propuesto por el Capítulo General y se estudian cuestiones importantes de la vida religiosa y de la misión para la propia inspectoría. Esto es lo que hicieron las Hijas de María Auxiliadora en sus reuniones capitulares el pasado mes de noviembre: el estudio y reflexión compartida sobre el tema propuesto para el Capítulo General XXII, “llamadas a ser hoy signo y expresión del amor preventivo de Dios”, al mismo tiempo que buscaban propuestas concretas para la animación de las comunidades locales. Los objetivos precisos señalados a los Capítulos inspectoriales que acaban de celebrarse han sido: discernir sobre el tema planteado para el próximo Capítulo General, estudiar otras cuestiones de interés para las Inspectorías y elegir las Hermanas Delegadas al Capítulo General.Tema de extraordinaria importancia El tema propuesto es realmente de una importancia muy grande para el Instituto. Se trata de llegar a las raíces de la propia misión y del propio carisma salesiano, tal como Don Bosco y Madre Mazzarello lo pensaron, soñaron y vivieron; y se trata también, especialmente, de buscar de manera fiel y creativa su actualización en la sociedad actual, en los diferentes contextos culturales y sociales en los que se desarrolla el Instituto. En clima de oración, reflexión y diálogo se estudió la importancia actual que implica el tema capitular para la Iglesia, para la vida consagrada, para el propio Instituto, las inspectorías y las comunidades locales; se presentaron experiencias vividas del amor preventivo de Dios; se buscaron modos para crecer y ser signos de este amor; se destacaron especialmente los retos que el amor preventivo de Dios plantea a la vida y a la misión salesiana, a las nuevas fronteras misioneras y educativas. ¿Cuál es la experiencia personal y comunitaria del amor preventivo de Dios?, ¿cómo es vivido en la comunidad, en la práctica del sistema preventivo?, ¿adónde nos lleva hoy el amor preventivo de Dios?, ¿hacia dónde nos conduce el Espíritu?, ¿cómo nos ayuda María, madre y educadora, a crecer en el amor y a ser signo y expresión del amor preventivo de Dios? Estas son las preguntas que estuvieron en el centro de las reflexiones capitulares; y desde la respuesta a estas cuestiones fundamentales, los distintos Capítulos prepararon y formularon las propias aportaciones al CG XXII, que próximamente se celebrará en Roma, y en el que participarán además de las inspectoras, una hermana elegida por cada de uno de los Capítulos inspectoriales.Tiempo y acontecimiento de gracia La experiencia espiritual vivida fue sin duda muy rica y significativa, una verdadera experiencia de gracia y de comunión, según el testimonio de cuantas hermanas participaron. Fueron días de rica convivencia, en un clima de serenidad, de apertura y discernimiento, de auténtico espíritu de familia. Es de destacar, por una parte, el trabajo previo realizado en las comunidades locales, que dedicaron a lo largo de todo el año tiempo de estudio y oración a preparar las aportaciones personales y comunitarias; y también resultó muy significativa la importante presencia y representación de los seglares en las distintas asambleas, en las comisiones y grupos de estudio, su testimonio de amor al carisma salesiano y su deseo de caminar conjuntamente. Sin duda, los Capítulos inspectoriales han reafirmado el deseo de querer ser en la iglesia comunidades abiertas, insertas plenamente en el mundo de hoy, que disciernen en qué lugares de frontera debe estar presente el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora para dar respuestas concretas a los jóvenes, sobre todo a los más necesitados. Ha sido firme la apuesta por la evangelización explícita, en comunión con las comunidades educativas y, en especial, con la Familia Salesiana, viviendo siempre más en profundidad la misión compartida. De manera especial, los Capítulos han subrayado algunas certezas y convicciones salesianas: el carisma heredado de Don Bosco y Madre Mazzarello sigue vivo y es de plena actualidad; el Sistema Preventivo sigue siendo fuerza dinamizadora del ser y el estar salesiano entre los jóvenes; el amor de Dios actúa en nuestra propia vida y en ella hemos de transmitirlo con un sentimiento profundo de acción de gracias al Señor.
Blanca Encinas
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