La familia es un conjunto de relaciones interpersonales variadas: relación conyugal, paternidad, maternidad, filiación, fraternidad…, pero todas ellas acontecen bajo el signo de la comunicación. a) Comunicación de la pareja: Su fuerza comunicativa arranca de la comunicación primordial: la comunicación de la vida. Este impulso natural de vida y de perfección es el principio del amor. “Amor natural” lo llama Santo Tomás. El amor de los padres es dádiva y entrega. Los hijos no sólo tienen necesidad de sentirse amados; necesitan ver que sus padres se quieren, ver muestras de cariño entre ellos. b) Comunicación entre padres e hijos: Los hijos evolucionan, y los padres demostrarán entenderles cuando son capaces de adaptarse a su desarrollo físico, psíquico, intelectual, moral… Esto es más necesario con el adolescente. La falta de confianza de éste en sus padres no radica en la ausencia de comprensión lingüística, sino en que no se tengan en cuenta su criterio y capacidad de decisión. c) Comunicación entre hermanos: Por ley biológica, es la relación familiar más duradera. Pero la estabilidad del vínculo fraternal, más que de la sangre, procede de la amistad que brota al calor del hogar. Hasta los mismos roces entre hermanos sirven al niño para aprender a ceder, superar su egoísmo, cambiar de actitud y buscar una avenencia amistosa.
Antonio Escaja
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