;font color=#CC0000>Trabajo de integración Cerca de 20 niños y niñas, entre 6 y 12 años, disfrutan del proyecto socioeducativo “Chapuzón” que se desarrolla en los locales del colegio María Auxiliadora de la calle Villaamil. Los comienzos no fueron fáciles: el proyecto abrió sus puertas el 2 de diciembre de 2002, con cuatro niños, dos marroquíes y dos ecuatorianos, con el nombre de proyecto “Estar como en casa”. Poco a poco, el número de niños fue aumentando y –tras una reflexión inspectorial para unificar los demás proyectos socioculturales de la Inspectoría– se le cambió el nombre por el actual: “Chapuzón”. La finalidad del proyecto es: “Dar respuesta a las necesidades tanto educativas como psicosociales de los menores en riesgo social del barrio, a través de una educación integral en valores”. Actualmente, los que asisten, están entre 1º de Primaria y 6º de Primaria y son de 5 nacionalidades diferentes: españoles, marroquíes, ecuatorianos, venezolanos y dominicanos. Proceden de familias con problemas económicos, desestructuradas y con graves carencias afectivas, que suelen estar solos en casa mientras sus padres trabajan. Muchos de ellos son derivados por el Centro “María Zayas” de Servicios Sociales del distrito de Tetuán y otros proceden de distintos centros educativos de la zona, incluido el colegio María Auxiliadora. ;font color=#CC0000>Hay mucho que hacer En el proyecto, trabajan: dos psicopedagogas, una trabajadora social, tres estudiantes en prácticas de la UNED y del CES Don Bosco, y tres voluntarios de ambientes salesianos. Entre otras, las áreas de intervención son dos: educativa y social. De lunes a jueves, entre las cuatro y media y las cinco y media reciben apoyo escolar: hacen sus deberes y –a partir de las necesidades individuales que se detectan– una de las psicopedagogas les prepara ejercicios personalizados. Después, de 17:30 a 18:30 h., se les da la merienda y se trabaja con ellos diferentes aspectos para reforzar sus habilidades sociales: el trato con las personas, respeto y colaboración, responsabilidad con sus cosas, valores como la interculturalidad, etc., a través de actividades, asambleas, dinámicas, talleres y juego libre. Además, en los períodos vacacionales, se ofertan “campamentos urbanos” para trabajar con ellos desde el tiempo libre. Según Dulce Mª Guzmán, coordinadora del proyecto: “Este proyecto es un gran reto porque atendemos a niños y niñas con muchos problemas y necesidades. Algunos de ellos ni sonríen, lo que me preocupa mucho. Por otra parte ya vemos avances; van progresando en la motivación ante el estudio y están aprendiendo a compartir y a respetarse entre ellos. En un año, algunos han mejorado mucho y ya son autónomos a la hora de hacer sus deberes”.
Inés Vélez. Laura Fradejas.
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