Leer el título y pensar que «a mí no me tocará», es uno de los riesgos de cualquier padre/madre que no pisa el asfalto o el polvo del camino por el que deambulan sus hijos/as, especialmente los «finde», llenos de sugerentes atractivos y no pocos peligros para su salud física, emocional, social y espiritual. El tema de los hábitos no saludables para la vida, y en concreto el hábito del consumo de sustancias o bebidas perjudiciales, es un tema de actualidad que agobia a muchos progenitores y con el que no es fácil desenvolverse, ya que puede acarrear, en el caso de instaurarse esos hábitos, consecuencias drásticas para la vida de la familia y del adolescente o joven que se ve inmerso en esos mundos cada día más frecuentados. Este pequeño artículo viene a sugerir algunas propuestas, desde el ámbito familiar, para prevenir una vida sana y feliz de los vástagos tan queridos por todos los padres/madres. El que un adolescente o joven llegue a consumir sustancias (drogas y alcohol) con tal frecuencia e intensidad que le perturbe el ritmo de su vida ordinaria, es el resultado de la interacción de tres grandes factores: persona, sustancia y medio ambiente. Y dentro de cada factor se podría enumerar un gran listado de condicionamientos y ámbitos que pueden llevar al más pintado a encontrarse en un callejón de difícil salida. Por eso aquello de «a ti también te puede tocar», y lo mejor es estar atentos para que, al menos desde la familia, hagamos todo lo posible para prevenir este problema tan serio.El difícil mundo adolescente La época en que más se produce un consumo habitual, frecuente y en muchas ocasiones abusivo de sustancias, es en la adolescencia y primera juventud. En la adolescencia la referencia afectiva deja de estar orientada hacia los padres para pasar a orientarse hacia los amigos. Los amigos son la referencia más importante en la adolescencia, de tal modo que, por ser aceptado por los amigos, el adolescente puede llegar a hacer cualquier cosa. Y en este contexto surge la presión de grupo. La presión de las amistades hace que muchos adopten conductas de riesgo como consumir alcohol, drogas e iniciarse sexualmente sin precauciones. Necesitan la aprobación del grupo para sentirse bien con ellos. Debido a este factor, una de las propuestas que se pueden desarrollar, desde pequeños en el ámbito familiar, para prevenir estas situaciones es el fomento de la confianza en sí mismos. Algunas indicaciones:* Apreciando las cualidades personales de los hijos. Confiando en ellos.* Organizando un ambiente de vida sana, ordenada y disciplinada.* Estimulándoles a pensar en forma positiva, enseñándoles a disfrutar de los éxitos y superar los fracasos.* Entrenándoles en la toma de decisiones responsables, evaluando los beneficios y riesgos que conllevan para sí mismos y para los demás. Que sepan defender lo que piensan y no se dejen presionar. Entrenándoles a tomar decisiones y asumir sus consecuencias.Evite en el ámbito familiar* Mantener posturas excesivamente permisivas.* Adoptar medidas de coacción, sin razonar o que limiten su libertad abusivamente.* No tener tiempo para ellos.* Que dependan de usted, excesivamente y sin necesidad.* Que exista contradicción entre lo que exige a sus hijos y lo que usted mismo hace al respecto.* Que existan contradicciones entre el padre y la madre respecto a la educación de sus hijos.* Ocultarles información en todo aquello que les pueda afectar ahora o en el futuro.* Ignorar los problemas escolares y personales de los hijos porque «son cosas de niños».* Hablarles como si lo supiera todo, sin escuchar sus opiniones y vivencias.* Hacer de su hogar un sitio inaguantable.Procure en el ámbito familiar* Ayudarles y facilitarles la comunicación con los demás. Haga que se sientan escuchados.* Fomentar valores e ideales por los cuales luchar. Que nos vean a nosotros luchar por nuestros valores e ideales. Ofrezca un buen ejemplo.* Formarse para poder formar e informar. Infórmese sobre lo que debe hacer si tiene algún problema relacionado con el alcohol u otras drogas.* Facilitar el contacto de sus hijos con asociaciones juveniles, grupos deportivos, actividades culturales, creativas…, alentando su integración en estas actividades.* Reducir el consumo habitual de drogas tradicionales (alcohol, tabaco…). * Sugerir actividades de tiempo libre, deportivas, culturales… fomentándolas desde la familia. Comparta usos saludables y creativos del ocio.* Hable con sus hijos e hijas del alcohol y demás drogas desde los 10 u 11 años, e incluso antes, con veracidad y credibilidad, dosificando la información según la edad.* Seguir su rendimiento escolar y atender a los problemas que vayan surgiendo en su educación. Su hijo/a necesita percibir que su vida (la de ellos) le importa a usted.* Sentirse a gusto con ellos. Ayude a sus hijos/as a sentirse bien consigo mismos. Y como siempre… no se desanime y no tire la toalla. Su hijo/a sigue necesitando adultos que apuesten por ellos, incluso cuando sus hábitos de vida no sean muy saludables. Mucho ánimo en este comienzo de curso.
Antonio Ríos Sarrióantoniorios@salesianos.edu
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