El 21 de diciembre de 1888, monseñor Santiago Sánchez de Castro, obispo de Santander escribía en el Boletín del obispado: “No puede contemplar sin honda pena a los párvulos y adolescentes que, a todas horas, andan por las calles, si no abandonados, a lo menos sin los cuidados oportunos. Tenemos que extender hacia ellos la acción salvadora de la caridad. Para lograrlo, veo un medio bien sencillo: fundar nuevas escuelas; y mejor, traer con nosotros a la Familia religiosa de don Bosco, que, no solamente atiende a la educación de los pequeños, sino que establece y dirige talleres para adultos”.Así en mayo de 1892 llegaron a Santander cuatro salesianos procedentes de Sarriá: dos sacerdotes italianos y dos seminaristas españoles. La fundación de esta nueva casa la habían trabajado don Felipe Rinaldi (inspector) y el obispo de Santander. Vivieron primero en el obispado y luego pasaron a residir en un bloque de casas de la calle viñas, a los pocos meses de llegar a la ciudad vieron la necesidad de construir un colegio mayor, con amplios espacios y patios de deportes. El Colegio María Auxiliadora se inauguraba en febrero de 1908 apenas construida una pequeña parte del proyecto. “Tenían prisa” ya que la humilde escuela de Prado de Viñas se había quedado pequeña para tantos niños que iban llegando.El proyecto se fue completando en años sucesivos hasta conformar el actual centro, “un edificio de forma trapezoidal cerrado con un gran patio central, el patio salesiano”.Educación de calidadEl “colegio del Alta”, como cariñosamente se le llama en la inspectoría de Bilbao cuenta en la actualidad con 20 salesianos en la comunidad, 65 profesores y 6 personas contratadas no docentes, además del personal de limpieza y de cuidado de la casa. En 1908 cuando se inauguró contaba con siete salesianos que sería ya 9 al año siguiente.La escuela de prado de Viñas que se había comenzado en 1892, cuando llegaron los primeros salesianos a Santander, no cubría las necesidades que iban surgiendo en la ciudad. Recoge la historia de la casa que “La llegada de don Jesús Carballo como director de Viñas fue decisiva para la futura historia salesiana de Santander. Consiguió dar un empujón final a la construcción del nuevo colegio y sobre todo dio un cambio de timón a la obra en consonancia con su actividad científica y su cultura. El colegio de la calle Viñas seguiría con las Escuelas Elementales y “populares”. El nuevo Colegio del Alta se convertiría en un buen bachillerato”.En la actualidad es una casa con gran influencia y repercusión social. En breve pondrá en marcha un nuevo pabellón polideportivo, que mejorará la oferta de educación deportiva para el propio centro, el barrio y Santander, en general. Está apostando por una educación bilingüe español-inglés en un momento importante de apertura a Europa y por una formación profesional renovada en medios y máquinas, pero con el espíritu de Don Bosco en el centro, con la perspectiva pedagógica de nuestro “patrón”, educando desde el corazón. Tanto a los destinatarios primeros, los alumnos y alumnas como al resto del barrio con la oferta pastoral.Breves apuntes, algunos datosAl intentar recoger la historia de una casa surgen datos, ideas, vida que ocuparía páginas de grandes volúmenes. Sin olvidar nada y como si de pinceladas se tratará se presentan algunos trazos de vida del colegio María Auxiliadora, del “Colegio del Alta” de Santander a lo largo de estos 100 años:• El escritor José María Pereda escribe de puño y letra una circular invitando a recaudar fondos para realizar la obra de este colegio.• En 1912 se constituye la primera Junta de Antiguos Alumnos, con la asistencia de 83 antiguos alumnos.• En 1956, gracias a la ayuda de Antonio Trueba Barquín nacieron los talleres de mecánica. En 1976 se completaron con los de electricidad.• Progresivamente se pusieron en marcha el oratorio, centro juvenil, la Asociación cultural DOSA. • Los talleres sirven también para la formación de adultos a través de fondos públicos y privados.• En 1960 se inauguró la iglesia, que tiene tanta actividad como la parroquia. La Archicofradía de María Auxiliadora ha tenido y tiene un papel clave en realzar el culto y la devoción a “la Auxiliadora”.• La obra ha aportado numerosas vocaciones sacerdotales y religiosas y ha educado a grandes personas distinguidas en la ciudad por su responsabilidad y vida de fe.• La “Casa del Alta” cuenta en la actualidad con un nutrido grupo de la Familia Salesiana: cooperadores, antiguos alumnos, ADMAS que contribuyen y colaboran en la educación de los jóvenes, en la presencia en la ciudad del espíritu de Don Bosco, con sentido profundo de familia.
Marian Serrano
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