Cuba forma parte de la inspectoría «San Juan Bosco» de las Antillas. En su visita a la isla, el Consejero para las Misiones pudo encontrarse con todos los salesianos y tener oportunidad de observar la realidad profundamente misionera de la Iglesia local constatando las muchas dificultades, pero también la fuerza de la Iglesia en Cuba.Después de la visita histórica de hace 12 años de Juan Pablo II y de la del cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado del Vaticano, hace apenas dos años la Iglesia cubana se enfrenta todavía a muy diversas dificultades, pero cuenta con un profundo dinamismo misionero.Desde los tiempos de la revolución de la isla del Caribe no se han construido más iglesias a pesar del crecimiento demográfico. Existen en las diócesis 35 parroquias con 45 capillas y 220 casas de misión. No hay escuelas católicas formales, sin embargo, como explica don Klement, «en alguna parroquia he visto las clases informales de lengua y de ordenadores, con centros juveniles y oratorios muy activos».También el trabajo en las comunicaciones es bastante fuerte. Si bien todavía internet no es de uso común entre la gente, son importantísimas las comunidades domésticas, que aún privadas de lo fundamental, siempre se mantienen activas. «Es muy hermoso experimentar el espíritu misionero de los católicos, que va más allá de los muros de la Iglesia» ha dicho el Consejero de las Misiones.La presencia salesiana en Cuba es bastante reducida. Existen cinco comunidades, con unos veinte salesianos; de ellos, un número considerable de hermanos ancianos, una decena de jóvenes hermanos cubanos y dos sacerdotes nativos que trabajan en su su propia tierra. Sin embargo, agrega el padre Klement: «en la debilidad de las condiciones externas he experimentado una fuerte cultura misionera».La parroquia salesiana de Santa Clara, después de tres meses del paso de la urna de Don Bosco, preparó un envío misionero de 153 misioneros, jóvenes y adultos, comprometidos en llevar el Evangelio a aquellos que todavía no han encontrado a Jesucristo.Los grupos de «Infancia misionera», son muy activos y el Consejero tuvo la oportunidad de constatarlo en La Habana. Iniciados con una madre de familia en el año 1997 con 12 niños de alrededor de ocho años, hoy sus miembros, unos veinte adolescentes y una docena de muchachos, van de casa en casa invitando a las personas a ir a la Iglesia. Muchas veces son rechazados, otros son muy bien acogidos; para muchos estos encuentros han sido el inicio del camino catecumenal.Desde el 8 de septiembre de 2010, y durante los dos próximos años, la imagen de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, está en peregrinación por toda la isla. Es otro signo de esperanza para la Iglesia cubana.
ANS
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