Lo de educar siempre ha sido complicado, pero educar hoy es casi una hazaña. Muchos padres acuden a mi consulta o me abordan al final de las charlas que imparto en las escuelas de padres, con el fin de conseguir un poco de orientación ante la realidad que les toca vivir y que los mantiene desconcertados. Podría atreverme a decir, sin equivocarme, que en los 40 últimos años ha cambiado la forma y el modo de vivir en la sociedad humana occidental, más que en los 2000 años anteriores. El progreso científico, tecnológico y experimental, y los adelantos alcanzados en estas últimas décadas, han conseguido que nuestra vida sea más cómoda y segura, pero también ha tenido múltiples repercusiones en los modelos y formas de vida en la sociedad, que nos ha llevado a una situación de ruptura y cambios de modos y estilos de vida creando en algunos ámbitos, inseguridad y zozobra. La investigación y los avances científicos han producido un impacto sobre los modelos de vida en sociedad, de tal forma que se han roto los modelos que durante generaciones se mantenían fijos y con apenas cambios, provocando una diversificación de modelos y estilos de vida diferentes y plurales. Todo ello a un ritmo vertiginoso, sin que se pueda «digerir» el cambio. Sin caer en alarmismos y sin ánimo de mirar para atrás, si no es para aprender de los errores, me voy a centrar en algunas pautas para educar desde el hoy a los hijos de hoy, que nada tienen que ver con los que nosotros fuimos. No son ni mejores ni peores que nosotros a su edad, simplemente diferentes en un contexto diferente, y esto nos condiciona, tanto a ellos como a nosotros. La familia sigue siendo la principal fuente de educación, especialmente en los primeros años de la vida, y aunque hay muchos cambios en el modelo de ser padres y familia, sigue habiendo una serie de pautas que se mantienen, con sus características de hoy, pero que siguen vigentes; y junto a ellas, otras que han de actualizarse.Algunas pautas para la actualidad1.- El modelo de autoridad se consigue por el prestigio, no por la imposición abusiva o el poder que confiere ser padres. Hay que ir creando el prestigio ante los hijos, y esto se consigue por la coherencia entre lo que se dice y hace.2.- Sorprenda a su hijo, tratándole con respeto y consideración, pidiéndole las cosas por favor, dándole las gracias. Agradézcale sus acciones de una forma directa. Cree clima de respeto en el hogar.3.- Reconozca cualquier mejora. Expréselo con gestos (abrazo, palmada, sonrisa,…). Comente su buen comportamiento con otras personas. Deje que oiga conversaciones en las que usted ensalza sus méritos y conducta.4.- No tenga miedo en poner normas y límites a su conducta y a sus demandas. No porque tenga más o se le consienta más, le van a respetar más o le van a querer más. 5.- Ofrezca incentivos: Refuerce la conducta positiva y los logros conseguidos, según la edad y las metas. A ser posible que sean de contenido social: salir a pasear a un lugar especial, una cena y peli con palomitas en casa, en familia, organícele una salida con sus amigos…, siga el esquema: norma cumplida, norma reforzada. Norma no cumplida, consecuencias anunciadas ejecutadas.6.- Ofrecer alternativas para que ellos puedan elegir. Pero es usted quien pone la norma o el límite de hasta dónde se puede llegar. Más que imponer, proponer alternativas y que ellos elijan; y si son mayores, negociar.7.- Dedique tiempo y espacio a la relación con su hijo. Con cada uno de ellos. Aunque sea un tiempo breve, pero párese y dedíquele un rato de su tiempo a escucharle, jugar con él, a tocarle, abrazarle… Transmitirle que para usted es único. Asegúrele que le quiere tal cual es y a pesar de los pesares.8.- Desarrolle en el hogar un cuadro de valores de referencia. Son los valores en los que usted quiere educar a su hijo. Y el modo de fomentar esos valores se hace fundamentalmente con su ejemplo. No espere que la sociedad actual eduque a su hijo en los valores que usted cree más justos o solidarios e incluso humanos. 9.- Deje que las consecuencias naturales tengan lugar. No proteja en demasía a su hijo. Permita que su hijo afronte las consecuencias de su negligencia, de sus despistes, o de su olvido o de su falta de ganas de trabajar, o…10.- Cuide la relación de pareja como alternativa para cuidar la relación de familia, dedicando tiempo y espacio para la misma. La relación es el eje desde el cual se dinamiza la familia. Dedique tiempo, espacio y dinero a cuidarse como pareja. Es la mejor inversión. Los hijos hoy siguen necesitando padres y madres contentos, que sonrían, que se toquen, se hagan arrumacos, bailen, se besen, disfruten estando juntos, que se miren de manera cómplice aunque pasen los años, que le den un soporte afectivo seguro a los hijos, y esto no se consigue de modo gratuito, hay que trabajárselo. ¡Ánimo y a no descuidarse!
Antonio Ríos Sarrió
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