Mis queridos hermanos y hermanas. Reciban mi afectuoso saludo. El martes 12 de septiembre de 2017 llegó a Roma nuestro hermano Thomas Unzhunnalil. También yo regresé ese mismo día de la visita a la Inspectoría de Malta. Fue en ese momento cuando pude recapitular más datos que ya puedo transmitir a todos vosotros.
La gran noticia fue que nuestro hermano Thomas había sido liberado y se encontraba entre nosotros. Llegó a las seis de la tarde a la Comunidad Salesiana que presta su servicio en el Estado de la Ciudad del Vaticano. Partiendo del aeropuerto de Mascate en Omán aterrizó en el aeropuerto de Ciampino (Roma), y de ahí fue llevado a nuestra casa.
Pedí a nuestros hermanos que durante algunos días lo acogiesen allí por múltiples razones, entre otras la de asegurar los primeros estudios médicos para comprobar su estado de salud, y un necesario descanso, así como poder encontrarlo y abrazarlo en nombre de todos sus Hermanos Salesianos y de toda nuestra Familia Salesiana. Posteriormente, cuando los médicos lo indicasen y todo fuera oportuno, pudiera regresar, sin duda, a la India.
Son muchas las cosas que nosotros mismos no sabemos. Sí es segura que la liberación y entrega fue conducida por un operador humanitario, en comunicación y conexión con el Sultanato de Omán.
Nosotros, como Congregación, hemos estado informados varios meses atrás de los contactos que se estaban teniendo con los raptores, hasta llegar a este momento, pero sin conocer nunca mayores detalles. De hecho, fuimos informados de su liberación ese día 12 de septiembre sólo cuando el padre Thomas estaba llegando a Italia.
Debo deciros también a todos vosotros, y sin duda a muchas personas que tendrán interés en saberlo, que a la Congregación Salesiana no se le pidió el pago de ningún rescate, ni tuvimos noticia de que se hubiera realizado pago alguno.
Como es natural, y porque teníamos la certeza de que así había sido, deseamos expresar nuestro profundo agradecimiento a su Majestad el Sultán de Omán, Qabus bin Said Al Said, y a las autoridades competentes del Sultanato, al operador humanitario y a todas las personas que se ocuparon de este caso de modo diverso, en varias ocasiones y con generosa entrega.
También quiero dejar constancia de con cuanto afecto y constante preocupación la Inspectoría Salesiana de Bangalore acompañó a nuestro hermano Thomas y a toda la Congregación, en estos largos meses de cautiverio.
A todas estas personas, a los diversos organismos de varios Estados y a su personal viene expresada, por medio de mis palabras, la gratitud del mismo padre Thomas y de todos nosotros, bien conscientes de cuánto se hizo por la liberación de nuestro Hermano.
Mis queridos hermanos salesianos sdb y querida Familia Salesiana: Expresado todo lo anterior, que explica las circunstancias humanas de este feliz acontecimiento, quiero manifestar el profundo agradecimiento que mi corazón y el de todos vosotros siente, sin duda, al Señor que ha acompañado todos estos meses en la interioridad de su soledad y quizá temor, al salesiano Thomas. Un gracias a Dios, en su Providencia, por este momento feliz que vivimos desde hace días.
Y un gracias también a las miles y miles de personas que en estos 18 meses de Getsemaní de nuestro hermano Thomas oraron con tanta fe. El Señor nos ha concedido una gran Gracia. Por esto mismo, hemos de seguir respondiendo en el futuro con más fidelidad y autenticidad a su llamada, y al carisma que nos ha confiado y al que ha vivido entregado el padre Thomas: El anuncio de Jesús y su Evangelio, y la predilección por los muchachos, muchachas y jóvenes de todo el mundo, entre estos los más pobres y necesitados.
Mis hermanos y hermanas, sigamos agradeciendo al Señor este don de tener al padre Thomas entre nosotros, y pidámosle a nuestra Madre Auxiliadora que lo acompañe y sostenga, y que continúe haciendo todo en nuestras vidas, como siempre hizo con Don Bosco.
Con verdadero afecto os saluda,
Ángel Fernández Artime
Rector Mayor
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