Amigas y amigos: Aún la fecha, me vais a permitir que estas palabras de saludo que en este mes de mayo de 2006 os dirijo desde las páginas del ;i>Boletín Salesiano, las empiece deseándoos feliz Pascua de Resurrección. Es cierto que nuestra revista la habéis recibido cuando ya han transcurrido algunos –o bastantes- días desde que el pasado 16 de abril, celebramos la Pascua de Cristo y –así lo espero- nuestra propia pascua. Pero no creo que esto importe mucho. Siempre –y especialmente en Pascua de Resurrección- es tiempo de desearnos los unos a los otros felicidades.Y sobre todo entre nosotros, lectores del Boletín Salesiano, que la última vez que entramos en contacto estábamos todavía en Cuaresma. Así pues, amigas y amigos, aunque nos parezca ya un poco tarde, nos felicitamos ahora la Pascua; al encontrarnos unos con otros, nos deseamos vivamente que Cristo, muerto y resucitado nos colme de la alegría, paz, esperanza, gracia de Dios y vida que necesitamos para ser y vivir felices todos aquí y en la eternidad. Por otro lado, seguimos en Pascua. Ya sabemos que este tiempo litúrgico dura cincuenta días. Es decir, que hasta el día 4 de junio que celebraremos Pentecostés, tenemos todavía más de un mes por delante para continuar haciendo experiencia personal de que Cristo, camino, verdad y vida, ha sido resucitado por el Padre, vive entre nosotros, está a nuestro lado para siempre. Al mismo tiempo, nos comprometemos a comunicar la vida del Resucitado a los demás; nosotros, por vocación, a los jóvenes más necesitados. Diréis que el camino, aún el pascual, se hace largo y nos produce cansancio. Es verdad. Pero también es cierto que no lo hacemos solos. Lo hacemos, por supuesto, en compañía de Jesús Resucitado. Y de alguien más que nos animará igualmente a seguir adelante, sin miedo, en nuestra misión educativo-evangelizadora en la Iglesia y en la sociedad. Así es, amigas y amigos. Ya sabéis que el mes de mayo es especial para la Familia Salesiana y amigos de don Bosco. Es porque el día 24 celebramos la fiesta de María Auxiliadora, pero también porque recordamos a dos santos de nuestra familia. Efectivamente, comenzamos el 6 de mayo haciendo memoria de santo Domingo Savio, ese “pequeño, más aún, gran gigante del espíritu” según lo definió Pío XI, alumno del Oratorio de don Bosco en Turín, que murió a la edad de 15 años. Y unos cuantos días después, el 13 de mayo, celebraremos a santa María Dominica Mazzarello, cofundadora del Instituto de Hijas de María Auxiliadora (FMA) o también, Salesianas de san Juan Bosco. A esta mujer religiosa y santa, orgullo de nuestra familia, veis, precisamente, que dedicamos el tema central del ;i>Boletín Salesiano de este mes de mayo. ¿Y por qué? Porque el 14 de mayo de 2006, se cumplen 125 años de su muerte (14 de mayo de 1881). Es, pues, el momento más oportuno para que, como Familia Salesiana y unidos de corazón a las Hijas de María Auxiliadora, hagamos memoria de esta santa nuestra, María Mazzarello, “sencilla en el obrar, […], asidua en el despacho de sus asuntos, generosa en su enorme pobreza, a la hora de dar, prudente y fuerte para guiar a las hermanas, aunque en el gobierno del Instituto confiara totalmente en san Juan Bosco, piadosísima en la oración, […]. Ardía en amor vivísimo por la Eucaristía, como si contemplase con los ojos a Jesús presente; y veneraba con muchísimo afecto a la Bienaventurada Virgen María, especialmente bajo el título de Auxiliadora” (MBe XIX, 319). Pero también para que, unidos a las FMA igualmente, todos los que formamos la Familia Salesiana nos comprometamos a “recorrer de nuevo la experiencia humana y espiritual que ella ( Madre Mazzarello) vivió y comunicó a las hermanas, a las jóvenes y a las seglares que eran parte integrante de la comunidad: una experiencia de amor apasionado por Jesús y por las exigencias del Reino que la disponían a cualquier sacrificio para aliviar las necesidades de la gente, no solo de su tierra sino también de otros países del mundo” (Circular 874 de Madre General). Nuestra Madre Auxiliadora nos ayuda en esta tarea Con mi afecto y oración.
Pablo Marín Director
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