Religiosos y ancianos enfermos.- Instituciones religiosas impulsan directamente cerca de 5.000 estructuras sanitarias para ancianos enfermos (casas para enfermos crónicos, asilos, hospicios, clínicas). Representan el 22,71% del total de las estructuras de la Iglesia en el mundo de la salud, explica la religiosa Aurelia Cuadrón, en el último número de los Folletos Con Él, de la CONFER. Allí se recogen datos como que las Hermanitas de los Ancianos Desamparados atienden a 15.300 ancianos; las Hermanitas de los Pobres a unos 5.800; la Orden de los Ministros de los Enfermos (Camilos), los Hermanos de San Juan de Dios, o las Hermanas Hospitalarias, que atienden una media de 20.000 personas mayores al año.La persona, centro de la migración.- El arzobispo Celestino Migliore, observador permanente de la Santa Sede ante la ONU recalca que la persona humana está al centro del fenómeno migratorio. En su discurso en la 41 Sesión de la Comisión sobre Población y Desarrollo del Consejo Económico y Social exhortó a las autoridades políticas y a la sociedad civil internacional a no actuar sólo en términos económicos. Mujeres en la Biblia.- Las mujeres de la Biblia son mujeres modernas. Lo ha afirmado la teóloga Rita Torti Mazzi, en un encuentro sobre Antiguo Testamento y mujer en la Facultad Pontificia Marianum de Roma. “Estas mujeres son mujeres modernísimas, pues a pesar de encontrarse en una cultura puramente machista y en una posición muy subordinada, toman el control de su vida y procuran que se respeten sus derechos”.Diálogo con el Islam.- Encuentro entre católicos y musulmanes sobre “Fe y Razón”. Fue a finales de abril y en él se alcanzó algunos puntos comunes, como que fe y razón son dones de Dios al género humano, que la fe y la razón no están en contradicción entre sí, pero la fe puede estar en algunos casos por encima de la razón, pero nunca en contra de ella. También que la fe y la razón son intrínsecamente no violentas. Ni la razón ni la fe se deben usar para la violencia; desgraciadamente una y otra se han usado erróneamente para perpetrarla. En cualquier caso, estos sucesos no pueden poner en cuestión ni la razón ni la fe.También se señaló que cristianos y musulmanes deberían ir más allá de la tolerancia, aceptando las diferencias, mientras son conscientes de lo que tienen en común y dando gracias a Dios por ello. Están llamados al respeto mutuo y, por ende, condenan la burla de las creencias religiosas. También se apuntó que habría que evitar las generalizaciones cuando se habla de religiones y que “las tradiciones religiosas no pueden juzgarse basándose en un único versículo o párrafo presente en sus respectivos libros sagrados”.
Javier Valiente