Ernesto Hernández Martín.- El 4 de mayo de 2015 falleció el salesiano Ernesto Hernández Martín de la Comunidad de Sevilla-Don Pedro Ricaldone. Tenía 89 años de edad y había cumplido los 71 de salesiano y los 62 de sacerdote. El funeral se celebró el miércoles 6 de mayo de 2015 en la Basílica de María Auxiliadora de Sevilla. Don Ernesto nació en Barceo (Salamanca) el 1 de mayo de 1926. Hizo el Noviciado en San José del Valle donde profesó el 16 de agosto de 1943. Allí mismo curso sus estudios de filosofía, de 1943 a 1945. El tirocinio lo realizó en Córdoba (1945-48) y la teología la estudió en Madrid-Carabanchel (1948-52). Recibió la ordenación presbiteral en Barcelona, el 31 de mayo de 1952. Desde entonces vino desarrollando su labor pastoral en Córdoba (1952-57 y 2004-12), Ronda (1957-58), Antequera (1958-59), Málaga (1959-95), Granada-Zaidín (1995-2004), y desde el 1 de julio de 2012 en Sevilla-Don Pedro Ricaldone, donde ha fallecido. Que el Señor Resucitado acoja con ternura al hermano Ernesto entre todos aquellos que han entregado su vida a la misión salesiana, y que María Auxiliadora, a la que tanto amó, lo acoja con el cariño de Buena Madre del cielo.
Antonio González González.- El 27 de febrero de 2015 falleció en el hospital Monte de San Isidro de León el salesiano Antonio González González. Nació en Salamanca el 1 de septiembre de 1928. Salesiano desde el 16 de septiembre de 1944 y ordenado sacerdote en Carabanchel el 29 de junio de 1953. Su vida salesiana, siempre sencillamente testimonial, se desarrolló en el colegio de Huérfanos de Ferroviarios de León, La Robla, Madrid, Santiago de Compostela-teologado, Orense, Astudillo y la casa de salud de León. Antonio quiso mucho y fue muy querido. En su funeral en el Centro Don Bosco de León el 28 de febrero concelebraron más de 50 sacerdotes y fue solemnizada por la animación musical del Coro-Rondalla de Astudillo de la que Antonio fue director durante 10 años. Preguntado dos días antes de morir si estaba contento, Antonio con voz apagada respondió: “Sí”. Un sí resumen de una vida que al final se revela feliz porque, entre otras muchas cosas, ha agradecido mucho y no se ha quejado nada. Descanse en paz. Antonio: Tu recuerdo sigue muy vivo entre todos nosotros.
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