Según una investigación de Eurispes-Telefono Azzurro, el 51,6% de los niños italianos entre 7 y 11 años, tiene un teléfono móvil, regalado por los padres. Una especie de "collar electrónico" que es el indicador de un "fenómeno preocupante" porque podría dar lugar a una "sociedad hecha de personas solas, pero conectadas en red". Es el comentario hecho por Mario Pollo, profesor de la Universidad Pontificia Salesiana. La difusión de los teléfonos entre los más jóvenes, dice, es debido a factores como el consumismo: "no hay un solo niño por clase que no tenga lo que se ha convertido en un símbolo del status. El factor principal, según Pollo, es que "los padres usan el móvil como una especie de "collar electrónico", como un sistema de control a distancia". Así pues para "recuperar el valor de las relaciones personales" Pollo cree que es necesario "reactivar la función de control ejercitada por la comunidad local. El niño debe poderse sentir seguro en el tejido social que lo circunda, y en la red comunitaria "social" que lo protege". ANS

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