Más de 2800 ex-niños soldado que entregaron las armas a finales de la guerra civil de Liberia a cambio de poder volver a la escuela, no pueden realizar su deseo, porque las escuelas no tienen sitio. Los Salesianos que dirigen dos centros educativos en Monrovia, la capital de Liberia, no han podido admitir a 100 muchachos por falta de suficientes recursos económicos. Según dice a la Agencia VID, el salesiano responsable de los dos centros, Allen Lincoln, “los muchachos desean volver a la escuela, pero las escuelas han sido destruidas y requieren una reconstrucción urgente". Los Salesianos han comenzado a trabajar, también, con los muchachos ciegos y sordos que, según explica don John Thompson, responsable del proyecto, "generalmente no tienen nada que hacer y son los más marginados de la sociedad". En la escuela salesiana "los muchachos aprenden los oficios de zapatero, cocinero y carpintero". ANS
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