En nuestra vida no puede ser todo trabajar y trabajar. Nuestras vidas están marcadas por momentos diferentes, tiempos de trabajo y tiempo de descanso. La vida está llena de acciones y actividades que completan nuestras jornadas y por eso hay tiempo para reír y tiempo para llorar, tiempo para sufrir y tiempo para disfrutar, tiempo para arriesgar y tiempo para la seguridad, en fin, hay tiempo para todo y cada uno de nosotros somos protagonistas de la gestión de nuestros tiempos, de nuestra vida. Por eso, en esta ocasión quiero invitarte a que a lo largo de tus jornadas busques algún momento para ti, un tiempo de reflexión y de mirar hacia adentro. El verano puede ser una ocasión muy adecuada para tomarte tu tiempo, pero cualquier día es bueno para buscar momentos para ti. Nuestra vida no puede ser un ir y venir, un correr, llegar a un lugar y volver a correr. Los momentos para nosotros nos permiten pensar por qué hacemos las cosas. Estos tiempos privilegiados nos ayudan a descubrir el sentido que damos a nuestra vida y que en el trajín diario no somos capaces de ser conscientes de ello. En este sentido, estos momentos nos deberían ayudar a valorar cómo estamos viviendo nuestra vida, cómo estamos viviendo nuestra vocación, los que ya hemos hecho una opción vocacional concreta, o cómo podemos vivir nuestra vida, en qué podemos comprometernos, qué es lo que de verdad nos llama, para aquellos que todavía no han hecho su opción vocacional. Parece evidente que “hacer por hacer”, que “pasar por la vida sin entrar en ella”, que “no tener una opción clara en lo que hacemos” nos hace infelices, no llena nuestras expectativas. Por eso, la invitación a entrar en ti mismo y desde ahí poder seguir dando pasos, pero pasos que tengan sentido, pasos que te ayuden a vivir tu vocación en plenitud o a descubrir lo que el Señor te pide en tu vida. Podemos conocer muchas cosas, mucha historia, muchas matemáticas o biología, pero puede ser que no nos conozcamos a nosotros mismos, puede ser que no seamos conscientes de las verdaderas motivaciones por las que hacemos las cosas. Probablemente estos momentos para ti te ayudarán a conocerte mejor, a descubrir las motivaciones más profundas que hay en tu corazón y probablemente a encontrarte con Dios. Agustín de Hipona, cansado de buscar en el exterior se dará cuenta de que Dios está en lo más íntimo de su corazón.
Óscar Bartolomé
No hay Comentarios