A lo largo de nuestra historia nos podemos encontrar situaciones capaces de transformar nuestra vida entera. Basta con abrir los ojos de la fe, descubrir todos los dones que Dios da a cada uno con los que podemos construir un mundo más feliz, y en acción de gracias, poner la propia vida a su servicio. ¡Os aseguro que merece la pena!Mirad por ejemplo a Don Bosco. ¡Qué asombroso es su testimonio! Es increíble como un sueño marcó su corazón y le mostró el camino de su vocación, algo tan sencillo que ha repercutido en tantas personas. Una muestra más de que Jesús no deja de hacerse presente de una o de otra manera: en un sueño, una persona, una experiencia… ¡Escucha bien! Él tiene una palabra de amor y felicidad para ti, para todos. Porque a todos nos ama y para todos desea lo mejor. Hace poco celebré mi Profesión Perpetua como Salesiano. En ella le di gracias a Dios por mi familia, por mis hermanos salesianos, a tantas personas buenas con las que he compartido estos años, y sobre todo, a los jóvenes. Para ellos un “gracias” gigante, ya que todos ellos han permitido que me encontrara con Dios, y me han ayudado a ser plenamente salesiano. ¡Qué grande es el Señor que no busca a gente perfecta para seguirlo! Por eso puedo decir bien fuerte: ¡Aquí estoy! Yo te ofrezco mis sueños, todos mis planes, quiero que todo sea para ti.Si tú también sientes la llamada de Dios, no la acalles. ¡Lánzate a la aventura de vivir! Toma la decisión con firmeza y con valor, el Señor es tu fuerza, con Él no hay nada que temer. ¡Él te guiará! ¡Adelante!
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