Gloria Archelós Rubert es psicóloga en el Colegio Salesiano de Burriana, ciudad en la que nació en 1977. Durante el verano del 2004 colaboró con Jóvenes del Tercer Mundo en la Ciudad de los Muchachos de Lurín, Perú, junto a otra voluntaria. El año anterior estuvo en Tijuana, Méjico y este año colaborará en Ecuador. Esta es la hoja del cuaderno de ruta que escribió el último día que pasó en Perú. Llueve en Lima, a pesar de que hoy nos acompaña un sol radiante. ¿Será que es mi alma la que llora? Hay tormenta en la Ciudad de los niños, aunque estamos retozando en el pasto, ¿será que los rayos y truenos sólo me alcanzan a mí? Será que… una vez más, las personas que menos tienen son las que más te dan, las que más sufren,… las que más te hacen sonreír, y las más duras… las que despiertan en ti, más sensibilidad. Ha sido una experiencia difícil en muchos momentos, vivir estos meses rodeada de personitas de corta edad pero de una larga historia, niños de 7 años abandonados, cuyos padres no se ocupan de ellos. Me ha sido muy duro en muchas ocasiones ver cómo el cariño que te despiertan, lo quieres regalar y ellos no lo aceptan, no lo quieren, no lo creen, pues ¿cómo van a creer que una española que sólo está con ellos 2 meses les quiere, si allí son sólo uno más, si allí sobrevivir es un éxito y para ello ser transparente es casi una garantía? ¿cómo van a creer que les quieres si, sus padres que, se supone, son los que les van a querer siempre, les han abandonado? Ha habido momentos de lágrimas, de abrazos, muchos de risas, otros de confidencias, ratitos de diversión, de lavar calzoncillos y calcetines, de dormir con el tifus a tu lado, de buscar dinero para poder llevarles al circo, pero siempre había momentos para pensar que… lo estaba haciendo bien, muy bien porque cada vez eran más las sonrisas que les robaba, las abrazos que me regalaban hasta llegar a tener 48 niños colgados a tu cuello. Mis 48 niños. Ahora comprendo lo que alguien me dijo sobre encontrar tu lugar en el mundo, y mi lugar en el mundo es un lugar donde hay 520 niños y mucho trabajo por hacer, pero donde te reparten todo el cariño que no podían regalar a nadie, cuando comprenden que sí les quieres de verdad. La Ciudad de los niños, Perú, siempre serás mi lugar en el mundo, y aunque esté lejos de ti, saber que existes es un aliento para seguir mi camino, un camino desconocido que quién sabe dónde me llevará.
Gloria Archelós Rubert
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