Los mártires pertenecen a la causa Enrique Saiz y 62 compañeros, que fueron beatificados en Roma el 28 de octubre de 2007. El Inspector salesiano de Madrid, Luis Manuel Moral, que presidió la eucaristía, destacó la fidelidad de estos salesianos hasta el último aliento de sus vidas y animó a los presentes, un numeroso grupo de salesianos y alrededor de 300 miembros de la Familia Salesiana, a seguir el ejemplo de entrega de los mártires salesianos. Junto al Inspector, se encontraba don Emilio Alonso, sacerdote salesiano compañero de los mártires y que, durante estos meses, ha dado testimonio del martirio de sus compañeros.Significativo fue, también, el momento del ofertorio. Junto al pan y el vino, se ofrecieron algunos objetos que pertenecieron a los mártires, como un rosario, un crucifijo que uno de ellos llevó hasta la muerte, y un cuaderno con los escritos de otro de los mártires.Al finalizar la eucaristía, en la que concelebraron unos 40 sacerdotes, el Inspector de Madrid se dirigió a la capilla de los Mártires para bendecirla y abrirla al culto de los fieles. En ese emotivo momento, y cuando en el interior de la capilla estaban todos los salesianos concelebrantes, don Luis Manuel Moral invitó a los salesianos a hacer un momento de silencio y, ante las urnas, renovar la consagración religiosa al servicio de los jóvenes. Consagración que, en el caso de los Mártires, ha alcanzado su plena realización.Antes de la eucaristía se celebró un acto académico en el teatro del Colegio Salesianos Atocha. Allí se presentó una memoria de las beatificaciones que recorría las etapas más importantes y los actos celebrados entorno a este acontecimiento en la Inspectoría de Madrid. La memoria, también gráfica, repasó lo más significativo de los actos celebrados en Roma.Después, el salesiano historiador Joaquín Torres, tuvo una ponencia titulada “La España salesiana durante la 2ª República (1931-36). Pasión, servicio, martirio”. Torres reconstruyó cómo fueron los años previos al estallido de la Guerra Civil para salesianos y salesianas; esos años difíciles en los que la congregación salesiana en España siguió adelante con su tarea educativa y pastoral a pesar de las dificultades.Capilla de los Mártires SalesianosLa Capilla de los Mártires se ha ubicado en una capilla, a la derecha del presbiterio, dentro del Santuario de María Auxiliadora de Salesianos Atocha. Allí se han colocado once arcas de madera de cerezo, de 90 cms de largo, 50 de ancho y 50 de alto. Cada una de ellas, contiene una urna de cinc con los restos de los mártires. En uno de los laterales del arca se ha grabado, con pan de oro, el nombre del Beato correspondiente.La capilla está dedicada a los 42 Beatos Mártires salesianos de la Inspectoría de Madrid, que forman parte del grupo de 63 mártires salesianos beatificados en Roma el pasado 28 de octubre. Esta capilla contiene sólo los restos de once de ellos, pues otros están enterrados en fosas comunes, y no han sido exhumados, y de otros no se conoce dónde fueron sepultados.El altar de la capilla ha quedado hueco y allí se ha colocado el arca con los restos del beato Enrique Saiz, cabeza de lista del grupo. Junto al altar, un ramo de rosas rojas recuerda el martirio cuyo sentido viene también subrayado por la cita bíblica que adorna una de las paredes: “Ni la muerte ni la vida podrá apartarnos del amor a Cristo” (Rm., 8, 38-39).En una de las paredes laterales de la capilla se han colocado las otras diez arcas de madera. Junto a ellas, flores blancas que simbolizan la gloria alcanzada por estos salesianos, que fueron fieles hasta su último aliento.Junto a la puerta de cristal que da acceso a la capilla, y en la que se ha grabado el logo de las Beatificaciones, se han colocado las fotos de los 42 Mártires junto a un escudo de la Congregación Salesiana.Las urnas contienen los restos de los salesianos beatos Enrique Saiz, Pedro Artolozaga, Manuel Borrajo, José María Celaya, Esteban Cobo, Federico Cobo, Francisco Edreira, Virgilio Edreira, Salvador Fernández, Teódulo González y José Villanova. Entre ellos está Federico Cobo, que es el mártir más joven de todo el grupo de los 498 que fueron beatificados en Roma. Cuando sufrió el martirio, en Madrid, aún no había cumplido los 17 años.
Javier Valiente
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