Desde el primer día Miguel Ángel se sumerge en la realidad panameña, visita sus barrios, sus plazas, sus gentes. Se empapa de la realidad, convive con los jóvenes, con los miembros de las bandas juveniles, con los educadores y promotores sociales, con las familias; pregunta, escucha y realiza un exhaustivo análisis de la realidad. Trabaja por capacitarlos y formarlos; reorienta los protocolos de actuación y cohesiona los equipos técnicos. Trabajo de formación y capacitaciónNo era tarea fácil para equipos que llevaban trabajando muchos años. La metodología y la forma de ser han sido esenciales para ser efectivos en el trabajo. Las experiencias de Miguel Ángel, se multiplicaron sin cesar. Visitó realidades muy complejas, como Colón, ciudad portuaria que enlaza con Panamá City como inicio o final del canal. “En Colón el drama suburbano es tremendo, muy pesado. Se contempla constantemente el sufrimiento y desesperanza del pueblo. Esto provoca un cansancio moral, espiritual, al mismo tiempo que te desarmas por dentro, te renuevas, das gracias a Dios y te llenas de esperanza renovada. Es curioso que los panameños y los colonenses siempre repiten una frase: vive hoy, mañana no es seguro, y tienen conciencia de presente, un presente que debe ser vivo. El equipo de tareas socioeducativas de Colón es muy bueno, con grandes ilusiones, creativos y, al mismo tiempo, sin medios, sin ordenadores, sin teléfono, sin internet…”El trabajo con este equipo ha sido especialmente intenso. Comenta Miguel Ángel, “he puesto el acento en técnicas creativas, en sacar de dónde no hay, miles de actividades originales para el cumplimiento de tareas socioeducativas y servicio en beneficio de la comunidad”. Fue una gran oportunidad para orientar al equipo en el trajín diario. Asimismo, también se reunió y convivió con miembros de una banda: Tumba fría. Los pelaitos, como se les llama, están dispuestos a dejar sus armas, sobre todo las pistolas de calibre 38 de cañón largo, que son fáciles de adquirir en Panamá. Pero desean dejarlas a cambio de una oferta de formación profesional seria y la posibilidad de engancharse laboralmente. En un país rico, como Panamá, se hace más constatable la mala distribución de la riqueza de este país. No es justo que más del 60 por ciento de la población viva con menos de 1 $ al día y otros cobren más de 35.000$ al mes. Los crímenes cometidos por determinadas bandas son atroces. Pero cuando descubres su realidad, su drama personal y social, descubres y te empapas de su desesperación, su angustia, y su decepción. Al final, con menos de un dolar al día, el chaval adquiere un arma y empieza a dar palos. La formación y capacitación de los equipos es una tarea costosa, porque hay equipos que parten de cero y se puede hacer de todos con ellos. A Miguel Ángel la experiencia vivida le provocó momentos de felicidad y de sufrimiento. Pero sobre todo, le ha permitido sembrar esperanza y proyectos firmes que están brotando como los grandes mangos que embellecen el país. Los colores, sabores, experiencias, gentes, jóvenes…han impregnado su corazón, y le han dejado una huella de fuego, que mira el futuro de Panamá con esperanza. Ese es el regalo que le han hecho en este país; lo han bautizado como los ojos de la tierra.
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