Valoración positiva Ante todo, se subraya como primer dato, la alta valoración que los jóvenes otorgan a la familia. Así es.La familia sigue siendo para los jóvenes españoles la institución más y mejor valorada. Le otorgan mayor importancia que al trabajo, los amigos, el ganar dinero. Se trata de un dato sumamente positivo que invita a la esperanza. Sin embargo, me parece necesario ahondar un poco en la cuestión. Si, por un lado, la familia es valorada positivamente, por otro, no puede menos de resultar preocupante que la institución familiar se está situando cada vez más lejos de lo que tradicionalmente se ha entendido por familia. De hecho, los jóvenes están de acuerdo y aceptan muy diferentes formas de entender la familia: matrimonio con o sin hijos, parejas de hecho con o sin hijos, madre soltera con al menos un hijo, padre solo con al menos un hijo, pareja homosexual con o sin hijos adoptados. Todas estas variantes resultan, según el referido Informe, aceptables para un número elevado de jóvenes. La pregunta surge inmediatamente: cuando valoran tan positivamente la familia, ¿en qué familia piensan? ¿Pueden valorarse indistintamente todas estas diferentes variantes?Convivencia familiar Si de la valoración y concepción de la familia pasamos a la convivencia familiar, también la comunicación y relaciones que existen entre los miembros de la familia parece gozar de buena salud. La valoración positiva de las relaciones paterno-materno-filiales indica el robustecimiento del hogar familiar como lugar de relaciones humanas satisfactorias para sus miembros. Pero también aquí hay que señalar que todo eso es compatible con la desinstitucionalización interna, que facilita las libertades personales y una tolerancia más amplia. Además, se puede colegir también de los datos del ;i>Informe, que, a pesar de la buena relación existente, no se llegan a abordar en la familia cuestiones verdaderamente importantes en la vida de los jóvenes (sexualidad, religión, política). Entonces, el tipo de convivencia que parece apuntar el ;i>Informe mueve también a preguntarse: ¿el tipo de relaciones que se establecen en el hogar son meramente correctas, educadas, amigables, ceñidas a lo afectivo y funcional, o resultan realmente educadoras, orientadoras y normativas?Periodo intermedio Finalmente, desde el punto de vista educativo, me parece significativa la tendencia de los jóvenes a retrasar opciones y acontecimientos vitales (retraso del matrimonio, del primer hijo). Es decir, se alarga el paso de la juventud a la adultez y se consolida entre ambas un estadio intermedio, de “moratoria”. Se vive generalmente en el hogar familiar, sin abandonarlo, pero viviendo al mismo tiempo algunos aspectos independientemente de la familia. También esta situación merecería una reflexión atenta, llegando a sus raíces y clarificando su significado. No parece que pueda beneficiar mucho en el proceso de madurez de la persona, este estar y no estar. Pero esta es, ciertamente, la realidad desde hace ya bastantes años. Resulta así, y es lo que expresa el ;i>Informe, que las familias son menores en el número de sus miembros, pero son más “largas”. Es decir, hay menos hijos, pero se alarga su permanencia en la familia.
Eugenio Alburquerque
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