Introducción
Así se ha vivido el año Jubilar de la Misericordia en la Familia Salesiana. Estos testimonios entre los muchos recibidos –que iremos mostrando en próximos números del Boletín Salesiano– nos narran el extraordinario año vivido y los caminos emprendidos para seguir llevando la Misericordia a los jóvenes más pobres y abandonados. Cada expresión, cada palabra puede sugerir la reflexión y el diálogo en grupo para seguir preguntándonos: ¿Qué significado ha tenido entre nosotros este Año Jubilar? ¿Qué puertas deben permanecer abiertas? ¿Cómo convertir nuestros grupos en hogar acogedor de la misericordia? ¿Qué gestos deben marcar nuestras acciones? ¿Qué nos pediría Don Bosco como Familia Salesiana al concluir este Año Jubilar?
Vivir la Misericordia como Don Bosco
Nos cuenta Pablo Labrado García, salesiano en Puertollano (Ciudad Real): “Me quedo con un testimonio muy bonito en el encuentro de Evangelizadores en Argamasilla de Calatrava, de un sacerdote que trabaja en la cárcel de Alcázar de San Juan. Hablando de las obras de misericordia nos decía que la pastoral penitenciaria es uno de los regalos más grandes donde Dios ama al hombre de dos maneras diferentes: A uno que le han privado su libertad porque no ha sabido utilizarla y a otro porque su libertad la ha puesto al servicio del hermano para ofrecerle la misericordia de Dios. Uno de mis retos más grandes en esta vida es precisamente suscitar y contagiar mi vocación a los jóvenes, estando de pastoralista en Aranjuez (Madrid), creo que ha sido una de las experiencias más cercanas entre los jóvenes. Don Bosco nos ha dejado ese clima de confianza y de perdón diario, por eso el salesiano sabe compartir esa alegría cargada de misericordia entre los jóvenes, con los jóvenes y para los jóvenes. El testimonio así suscita en los jóvenes el deseo de conocer a Jesús y nos hacer amar más nuestra vocación salesiana. Ojalá lo pueda transmitir siempre a los jóvenes con la naturalidad con que lo hacía en Aranjuez”.
Salesianos Algeciras organizó la peregrinación de la misericordia por las calles del municipio gaditano el 28 de octubre de 2016.
Templos jubilares abiertos para el Encuentro y el Perdón
Cuatro han sido los templos jubilares salesianos designados en España: Tibidabo en Barcelona, María Auxiliadora en Vigo, Atocha en Madrid y Sevilla. El director de la obra salesiana de Atocha y Rector del Santuario de María Auxiliadora en Madrid, Iñaki Lete, nos dice: “Nuestra parroquia ha sido uno de los templos jubilares designados por la Diócesis. Se ha notado, especialmente, la presencia de creyentes que han venido a experimentar esta Gracia del Jubileo mediante el Sacramento de la Reconciliación. La atención a las confesiones ha sido continua, como un servicio pastoral que la Congregación ofrece a la Iglesia. También cada mes se ha realizado una celebración con el sentido del Jubileo, y en el mes de octubre se cuidó un Encuentro del Jubileo con sentido mariano. Creo que, a partir de ahora, la lectura de algunas parábolas y pasajes de la vida de Jesús: el hijo pródigo, la oveja perdida, el encuentro con Zaqueo, la samaritana… van a resonar con una fuerza especial en todos los creyentes y en quienes estaban más alejados de la fe. Resaltar la palabra “Misericordia” ha sido el gran logro de este Año Jubilar…
Entre tantos mensajes de este Año de la Misericordia me quedo con la esperanza de que todas las personas de iglesia (agentes de pastoral, sacerdotes, laicos comprometidos, educadores de la fe, catequistas) llevemos un poco más de ilusión y de vida a la sociedad de nuestro entorno, siendo personas con un corazón comprensivo y misericordioso. Este año también, en el ambiente salesiano y educativo, nos ha ayudado a mirar a Don Bosco como educador y sacerdote que tenía incorporada la misericordia a su estilo de educar y de comunicar la fe a los jóvenes. Su frase: ‘Jóvenes, por vosotros estaría dispuesto hasta dar la vida’, sólo se dice si se ha interiorizado el sentido del perdón, misericordia y alegría cristiana; sólo se dice si se sabe ver en el joven más necesitado, y en cada joven, el rostro de Jesús. Y Don Bosco lo hizo”.
En Sevilla, Luis Cornello, Rector de la Basílica de María Auxiliadora de la Trinidad nos escribe: “Por decisión de nuestro Sr. Arzobispo fue declarada nuestra Basílica de María Auxiliadora como Templo Jubilar. Durante este año hemos vivido momentos verdaderamente emotivos y de espiritualidad profunda. Dios se ha hecho presente en los muy diversos actos que hemos tenido. Han sido muchas las Parroquias, Colegios, Hermandades, Asociaciones y fieles en general que han peregrinado para ganar el Jubileo. Podríamos destacar las 24 horas ante el Santísimo de los jóvenes o la Pastoral de la Familia, así como la Pastoral penitenciaria. En diversas ocasiones se han hecho presente nuestro Arzobispo u Obispo auxiliar que han querido presidir algunos actos. Han aumentado las confesiones y la participación en la Eucaristía. Algunas Hermandades han venido en Rosario de la Aurora portando alguna de sus imágenes titulares. Ha sido un año de Gracias y Bendiciones especiales de Dios nuestro Padre Misericordioso”.
Olimpiadas de la Misericordia en Jerez de la Frontera (Cádiz) que se disputaron el 28 de abril de 2016.
El “Efecto Misericordia” en nuestra misión salesiana
José Luis Guzón, salesiano y profesor en el CES Don Bosco de Madrid nos dejó este testimonio: “yo me quedo con el ‘efecto misericordia’. Quiero decir, que uno de los frutos más significativos ha sido el hecho de que la misericordia o el amor entrañable ha recibido un buen impulso para que, tanto en la teología como en la espiritualidad y la pastoral, sepamos darle un lugar de privilegio. Yo diría que se ha elevado a lo que ha sido para algunos teólogos de la tradición: un principio, el principio misericordia. El extraordinario impulso del Papa y de la comunidad eclesial nos ayuda a saber conjugar el principio de justicia con el de misericordia.
Destaco el impacto positivo de uno de los libros que he leído sobre esta temática: Elogio de la misericordia de Luis Carlos Bernal. En un comentario a la parábola del buen samaritano titulado de la “compasión a la acción: Descabalgar para socorrer al herido”, afirma: “El gesto tan sencillo, tan simbólico, de apearse del caballo y acercarse al herido es sumamente elocuente. […] El Samaritano al apearse renuncia a su propia seguridad, se ‘inclina’ para acercarse al herido, desciende compadecido, penetra en su situación y se atreve a tocar sus heridas para sanarlas. ¡Cuántos despojamientos implica el descabalgar! Según la pedagogía liberadora de Dios, no es posible la misericordia sin padecer esta experiencia de kénosis, de abajamiento; saltársela sería ‘dar un rodeo’” (p. 62). El espíritu del Vaticano II sigue vivo en la Iglesia.
El salesiano Valentín Viguera publicó su libro “Misericordia, señor, misericordia” en 2016.
También la comunicación salesiana ha quedado tocada por este efecto. Los delegados de comunicación de Santiago El Mayor y de María Auxiliadora nos ofrecieron su testimonio. Javier Valiente nos escribió: “Creo que ha sido un acierto del papa Francisco poner a toda la Iglesia en esta clave. Es que cambia todo. La oración, la vida de las comunidades cristianas, la vida de cada uno de nosotros, hasta las mismas normas de la Iglesia, todo queda afectado cuando se ven en clave de misericordia. Pero además, fuera de la Iglesia, este mensaje del Papa ha calado en la sociedad. Hoy es el único líder mundial que es escuchado y que puede hablar a los gobernantes sobre la misericordia. Entre tantos mensajes globales que se lanzan hoy, el Papa es capaz de colocar el suyo, que es el de Cristo, el de la Iglesia, sobre la misericordia que debe estar presente en la vida de los pueblos”. Y Josep Lluís Burguera: “Para mí, la misericordia ha pasado a ser uno de los ejes transversales de mi vida cristiana y eso mismo predico en mis homilías, con palabras adecuadas, como es lógico. Es una virtud que ha vuelto para quedarse, eso creo yo y lo intento vivir. La misericordia es dar nuevas oportunidades de cambio de rumbo equivocado, es avanzar en empatía con el prójimo, es hacerse pequeño y agradecido y por eso ser capaz de perdonar una y otra vez”.
Pie de foto principal: La visita de las reliquias del Padre Pío fue uno de los actos del Año de la Misericordia en el Tibidabo (Barcelona).
Leonardo Sánchez Acevedo
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