Benedicto XVI es un Papa que debe ser escuchado y leído con atención. Porta a sus espaldas años de estudio, reflexión y enseñanza que le permiten ofrecer un pensamiento profundo y a la vez comprensible. Esta encíclica se articula en torno a una serie de preguntas fundamentales, cuestiones que llegan a lo más íntimo de nuestra existencia, que tocan lo esencial de la vida y de nuestra fe. El Papa responde a ellas en el texto, pero en realidad muchas permanecen abiertas para nuestra vida y meditación personal. Las diversas formas de amor “¿se unifican al final, de algún modo, a pesar de la diversidad de sus manifestaciones, siendo en último término uno solo, o se trata más bien de una misma palabra que utilizamos para indicar realidades totalmente diferentes?” (n. 2). “¿Cómo se debe vivir el amor para que se realice plenamente su promesa humana y divina?” (n. 6). “¿Es realmente posible amar a Dios aunque no se le vea?” (n. 16). “¿Cuáles son los elementos que constituyen la esencia de la caridad cristiana y eclesial?” (n. 31). “Necesitamos la unión íntima con Dios en nuestra vida cotidiana. ¿Cómo podemos conseguirla?” (n. 36). “Quien pretende luchar contra Dios apoyándose en el interés del hombre, ¿con quién podrá contar cuando la acción humana se declare impotente?” (n. 37).
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