La Dirección General de la Obra Salesiana, desde su Dicasterio de Medios de Comunicación, encargó al historiador salesiano Rodríguez de Coro la continuación de las Memorias del Oratorio contadas por Don Bosco. Se trata, según el Consejero General Filiberto González de una digna continuación de esas primeras Memorias, pero en un tono novelado más maduro en el sentimiento y menos alzado en la erudición.Pregunta.- Hace ahora año y medio te ofrecen rescatar la Memoria de los Superiores Generales y ofrecerla al gran público, enjoyada de prosa absorbente, ingenua y hasta brutal.Respuesta.- En efecto, se lo ofrecieron a varios escritores conocedores del tema y a un par de periodistas excelentes italianos, aunque desconocedores del «hecho salesiano». A mí me ofrecieron escribir solo Bosco, Albera y Rinaldi.P.- Todo un reto hermoso, ¿no?R.- Y un regalo rarísimo ya al final de mis días. Empecé con Don Bosco, desde el 1854, año en que él terminó sus Memorias y busqué la hondura de algunos de sus hechos hasta 1887 e intenté sin excesos estofar en oro la calidad del español.P.- ¿Por definición se quiere un texto corto, en clave de novela francesa?R.- En efecto, son 100 páginas escritas en primera persona, sin caer en la equivocación de esa falsa fidelidad a no sé qué documentos que tan sólo existen en algunos imaginarios y que no sólo distorsionan la realidad, sino que secuestran la verdadera historia de los biografiados.P.- ¿Superada la prueba?R.- No sólo, sino que me encargaron todas las Memorias (las diez), en las que estoy metido hasta las cejas. Cada una de ellas quiero que sea un canto al frenético júbilo de sentirse vivo. Son la crónica de los salesianos desde 1854 al 2015 en línea coherente de entrega al vivir, de entrega a la humanidad. Voy ya por las terceras Memorias, publicadas por ISAG-Argentina, de Buenos Aires y presentadas en la misma ciudad. P.- ¿Discutible el proyecto?R.- Como todo lo humano. En su conjunto resulta un acierto indudable y así lo ha reconocido el Dicasterio de Medios de Comunicación y el grupo de trabajo de Buenos Aires, integrado por Nelson Manucci, como director para América Latina, Marta Inés Cujo, como adaptadora del español para Latinoamérica, Betina Olga Spigariol, como ilustradora y Néstor Alderete, como diseñador de toda la obra.P.- Estas Memorias de los Salesianos, ¿qué añaden a las de Don Bosco?R.- Cronológicamente las completan, las estiran hasta hoy y tienen el valor, desde varios ángulos de ofrecernos, a la par, la estricta verdad, pero también su espejismo. En ellas quiero interpelar al lector, conmoverle, morderle por dentro. Se publican con los títulos: Don Bosco. Fragua de inquietud; Miguel Rua. El corazón de viaje; Pablo Albera. La luz buscada; Felipe Rinaldi. El prestigio de la audacia. Se están traduciendo al portugués-brasileño, inglés y francés.P.- ¿Para cuándo en España?R.- Yo creo que dentro de este año. La Editorial CCS ya ha tomado buena nota de la iniciativa, que quiere ser una lectura nueva que toda esta historia necesita. Pues enhorabuena Paco, y adelante. Bienvenida sean las Memorias del Oratorio escritas por… Don Bosco, Rua, Albera, Rinaldi, Ricaldone, Ziggiotti, Ricceri, Vigano, Vecchi, Chávez… y por Paco de Coro.
Diego Toledano García
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