La semilla inicial Cuando busca a las personas o institución que atiendan a los niños, el doctor Vara –hermano de sor Antonia Vara, FMA– le habla de la obra que desempeñan las Salesianas en lugares similares, y surge así la primera fundación en Burgos, en una humilde casita de la Barriada Yagüe, el 9 de julio de 1952. Sor Carmina Martín Moreno, sor María Rico y sor Sofía Coronado son las pioneras que se encargan de la guardería, las escuelas nocturnas y el oratorio. Hay que hacer memoria de esta semilla inicial para explicar la otra presencia: las “Escuelas Profesionales Femeninas”, hoy “Colegio Aurelio Gómez Escolar”, del que celebramos este año 2006 el Cincuentenario de su fundación.Una obra social La gran obra del Colegio es el fruto de un encuentro buscado intensamente por el impulso misionero del “da mihi ánimas” de las Hermanas, que halla su respuesta en la conciencia social y cultural de la entidad bancaria Caja de Ahorros Municipal de Burgos. Crecía el número de niños y niñas de la barriada y ni las Hermanas ni la parroquia cuentan con locales para atenderles a diario en las escuelas y talleres, y los domingos en el oratorio. Con demasiada frecuencia es el campo el lugar del oratorio, algo muy salesiano, pero que la crudeza del largo invierno burgalés hace casi insoportable. De ahí su empeño en mover voluntades para conseguir un colegio que les permita dar respuesta a las necesidades de los niños y jóvenes. Y lo consiguieron, siendo entonces presidente de la Caja de Burgos don Aurelio Gómez Escolar. El Colegio ha sido verdaderamente la obra social por excelencia de la barriada durante muchos años. Se escucha de labios de muchas exalumnas, hoy abuelas y madres, que lo que son se lo deben al colegio; y no es una frase hecha, ni hablan de estatus social; hablan de honradez, de coherencia, de valores típicamente salesianos, y hasta de supervivencia. El Colegio, siempre unido al Oratorio y Centro Juvenil, puede hoy sentirse orgulloso de los jóvenes que han vivido y viven con fuerza el compromiso cristiano, de las vocaciones que ha dado a la vida consagrada, a la Familia Salesiana, de las familias que han sabido vivir unidas y educar a sus hijos de acuerdo con lo que ellos han recibido. A los 50 años del Colegio, unidas a todas las personas que le dieron vida y la mantienen, damos gracias a Dios que abre caminos y camina con nosotros junto a su Madre Auxiliadora.
Mª Concepción Benito
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