Margarita Occhiena nació el 1 de abril de 1788 en Capriglio, pueblecito del Piamonte italiano, en una familia de campesinos muy religiosa, que se ganaba el pan de cada día con el trabajo y el ahorro. El 6 de junio de 1812 se casó con Francisco Bosco, campesino de buen carácter y de arraigados sentimientos cristianos, que vivía en I Becchi de Morialdo, viudo, con un hijo llamado Antonio. Al poco de casarse, el Señor alegraría la vida de la pareja con otros dos hijos, José y Juan. Tras cinco años de matrimonio, el dolor llamaría a la puerta de la familia Bosco, con la muerte repentina del padre. Margarita se convirtió en una viuda de 29 años, con 4 personas a su cargo: Antonio de nueve años, José y Juan, de cuatro y dos años, y la suegra, Margarita Zucca de 65 años, minusválida. Ella tuvo que asumir todo el peso de la familia y la educación de sus hijos. A sus 58 años, viendo que su hijo Juan, sacerdote, tenía necesidad de ella, aceptó dejar su pequeño caserío de I Becchi y su casa, para dedicar los últimos diez años de su vida en la periferia de Turín y aportar, así, su tacto e intuición materna en la educación cristiana de los pobres muchachos que su hijo recogía, cada día, abandonados por las calles de la ciudad. Murió en Valdocco-Turín el 25 de noviembre de 1856. Subrayo algunos rasgos del perfil espiritual de mamá Margarita que manifiestan la importancia que tuvo no sólo en la vida de su hijo, don Bosco, sino también en la vida del cristiano de hoy.
Jesús Manuel García
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