En nuestro caso proponemos hacer una lectura desde la perspectiva concreta de la educación. Una visión bastante simplista del tema nos llevaría a relacionar sólo el segundo objetivo, referido a la extensión universal de la enseñanza primaria, con la educación. Sin embargo, cada uno de los objetivos y el conjunto de ellos, tienen que ver con la educación, de la mano, precisamente, de niños, jóvenes y adultos que son, al fin y al cabo, los sujetos de la educación y de los ocho objetivos. Así pues, cada plataforma educativa, tendrá que plantearse sobre todos ellos algunos interrogantes: ¿qué claves puede emplear para hacerse eco de estos objetivos en su ser y su hacer? ¿Cómo repercuten los objetivos en cualquier estructura educativa, escolar o no escolar, comprometida en la educación integral de niños, adolescentes y jóvenes? ¿Qué eco tienen esos objetivos en los profesionales y educadores? ¿De qué manera afectan a la comunidad educativa – padres, profesores, educadores y jóvenes – comprometida con el futuro feliz de sus destinatarios y de la sociedad que pueden construir? El paso necesario de lo estrictamente académico a lo formalmente educativo, generará, además, en la comunidad educativa, nuevos interrogantes y compromisos relacionados con el tipo de persona y el tipo de sociedad que tiene como horizonte educativo y pastoral.
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