La Fundación Proyecto Don Bosco de la Inspectoría de Córdoba ha presentado su Memoria 2004. La fundación, en la que participan diferentes ramas de la Familia Salesiana, se ha consolidado ya como una de las obras salesianas con más proyección de futuro. Los inicios;/strong> La Fundación Proyecto Don Bosco nació por una decisión del Capítulo Inspectorial de 1998. Se piensa en ella como una obra, con entidad jurídica propia y en la que tenga la posibilidad de participar la Familia Salesiana de la inspectoría cordobesa. Desde el principio ha sido una llamada permanente a la solidaridad, y a la participación, desde el carisma salesiano, del numeroso grupo de bienhechores y amigos de don Bosco de las presencias salesianas de Andalucía oriental y Canarias. Con su creación se quiere también dar unidad a las acciones, sobre todo a aquellas de carácter social, que, desde años anteriores, se desarrollaban en la inspectoría. Áreas de trabajo;/strong> El trabajo de la fundación se centra en mejorar las condiciones de vida de adolescentes y jóvenes, especialmente, los que pasan por dificultades particulares. Entre sus ámbitos de trabajo están el educativo, el de inserción social y laboral, el de cooperación internacional al desarrollo y el de sensibilización, formación y promoción vocacional. Actualmente, el social es el más desarrollado de los cuatro. Aunque en los próximos años se va a dar mayor impulso al ámbito educativo, ya que, de acuerdo con los estatutos de la fundación, se le ha concedido la titularidad de algunos de los centros educativos, por una decisión del Consejo inspectorial de Córdoba. En la actualidad, la fundación cuenta con 61 proyectos: 11 en el ámbito educativo, 37 en el campo de la inserción social y laboral, 4 en la cooperación internacional al desarrollo y 9 en la sensibilización, formación y promoción vocacional. Beneficia a unas 6.000 personas, sin contar con los destinatarios de programas de cooperación internacional. Profesionales, voluntarios y otros colaboradores;/strong> Los proyectos se desarrollan fundamentalmente gracias a los voluntarios. Entre ellos el papel del voluntario profesional complementa muy bien el trabajo de las más de 170 personas que tiene contratadas la fundación. Según los datos recogidos en la Memoria 2004, los voluntarios que han participado en los diversos programas superan los 230. El perfil de estos voluntarios es amplio y variado. En general, son personas con una formación alta, normalmente universitarios. Su distribución depende y se corresponde con los programas que se desarrollan en cada uno de los cuatro ámbitos. Pero hay otras personas e instituciones que colaboran con la fundación y posiblemente sea ésta una de sus mayores riquezas. El número de personas que dedican tiempo o realizan una aportación económica es muy alto; podemos hablar de miles de personas. El hecho de que la Familia Salesiana de la inspectoría pertenezca a su Patronato es un hecho que tiene extraordinaria importancia en este campo. Por otro lado, las instituciones civiles de las zonas donde está presente la fundación valoran el trabajo que realiza y le solicitan continuas intervenciones. Son numerosas las distinciones que se han otorgado a la Fundación Proyecto Don Bosco, así como las invitaciones que las llegan para participar en destacados foros sociales. El futuro;/strong> El futuro de la fundación es prometedor y comprometedor. El enorme crecimiento que ha tenido en los últimos tiempos obliga a cuidar mucho la organización interna y los procesos de trabajo por los que apuestan. Pero el reto más importante se centra en la capacidad y el coraje de apostar por los elementos que define la fundación y hacer una clara elección por el esquema educativo salesiano. Para Eusebio Muñoz sentirse “Iglesia y miembros activos de la Familia de San Juan Bosco, es la cuestión definitiva”. Desde otra perspectiva, se potencia la opción por la calidad, la fidelidad a sus destinatarios y a la multitud de personas que han puesto su confianza en ellos. Puede concretarse en el consciente deseo de dar calidad a la apuesta evangelizadora en que están empeñados. La potente acción transformadora de la fundación se basa en el esfuerzo puesto en el trabajo dentro de una realidad eclesial consistente y esperanzadora. Según Eusebio Muñoz “es una expresiva manifestación de la impagable presencia del Espíritu en nuestro mundo”.
Eusebio Muñoz
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