La familia en España»La familia es una célula o núcleo fundamental de la sociedad y del Estado y como tal debe ser reconocida y protegida».(Declaración Universal de los Derechos Humanos, 16).»Los poderes públicos aseguran la protección social, económica y jurídica de la familia» (Constitución Española, 39.1).DATOS- En el primer semestre del 2010 hubo 75.708 matrimonios, un 3,8% menos que en el mismo periodo del año 2009. En el 24,4% de los matrimonios celebrados, al menos uno de los cónyuges era extranjero. Los matrimonios entre personas del mismo sexo representaron el 2,5%.- La natalidad se frenó en España en 2009 tras un periodo de continuo incremento durante los 10 años anteriores. Esta tendencia continuó en los seis primeros meses de 2010, en los que el número de nacimientos fue de 235.373, un 3,2% menos que en el mismo periodo de 2009. El descenso en el número de nacimientos en España fue resultado del efecto combinado de una menor fecundidad y de una reducción progresiva del número de mujeres en edad fértil. Así, el número medio de hijos por mujer disminuyó a 1,39 en 2009. Dicho descenso se prolongó a lo largo del primer semestre de 2010, hasta situarse en 1,38 hijos por mujer. Y la edad media a la maternidad aumentó ligeramente: en 2009 se situó en 31,0 años y en junio de 2010 alcanzó los 31,1 años.- 2007, 137.510; en 2008, 118.393; y en 2009, 106.166. Respecto al año anterior, en 2009 bajaron un 10,6%. De ellos, el 64,6% se produjo de mutuo acuerdo; y el 53,6% de los matrimonios tenían hijos menores a su cargo.- Según el Instituto de Política Familiar, España ocupa el último lugar en el ranking de políticas de apoyo a la familia en la Unión Europea. El baremo de dichas políticas incluye el apoyo en ayudas por hijos a cargo, en la baja maternal, en el número de familias beneficiadas, en la flexibilidad (en situaciones de enfermedad, trabajo, estudios).HOGARES DON BOSCOUn movimiento familiar salesianoEl movimiento familiar Hogares Don Bosco nace en España en el 1965. Le dan vida los Salesianos Cooperadores, como consecuencia de una campaña realizada a favor de la familia. Actualmente constituye un movimiento eclesial de matrimonios y apostolado familiar, que se sitúa en el marco del carisma de Don Bosco y del Movimiento Salesiano, en comunión con los demás grupos de la Familia Salesiana y con especial vinculación a la Asociación de los Salesianos Cooperadores. Acoge a cuantos matrimonios quieran aceptar libremente el espíritu de la Asociación, respeten sus normas y orientaciones y quieran hacer un camino serio de crecimiento humano y cristiano.HAN DICHO»La familia es un bien necesario para los pueblos, un fundamento indispensable para la sociedad y un gran tesoro de los esposos durante toda su vida. Es un bien insustituible para los hijos, que han de ser fruto del amor, de la donación total y generosa de los padres. Proclamar la verdad integral de la familia, fundada en el matrimonio como Iglesia doméstica y santuario de la vida, es una gran responsabilidad de todos» (Benedicto XVI en el V Encuentro Mundial de las Familias, Valencia 2006).»Tratar como iguales realidades desiguales es una injusticia. No es posible equiparar la realidad del compromiso público en un matrimonio con los derechos y obligaciones que contraen ante la sociedad, a la mera unión de hecho de dos personas sin ninguna responsabilidad ante nadie».(CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA, La familia, santuario de la vida, 141).»La destrucción de la familia se presenta en dos frentes: atacando las raíces de la institución con leyes «ideológicas» y presentando como «alternativas familiares» o «modelos de familia», formas de convivencia que nada tienen que ver con ella».(Ignacio García-Juliá, Director General del Foro Español de la Familia).»La prosperidad de una nación depende en gran manera de cómo el Estado trata a las familias y a sus hijos».(Gerardo Pastor)»Para que una familia funcione educativamente es imprescindible que alguien en ella se resigne a ser adulto. El padre que no quiere figurar sino como el mejor amigo de sus hijos, sirve para poco; y la madre, cuya única vanidad profesional es que la tomen por hermana ligeramente mayor de su hija, tampoco vale mucho más».(Fernando Savater)Señas de identidadActualmente, el aspecto que más llama la atención al contemplar la institución familiar es su amplia diversificación. Existen múltiples formas de convivencia familiar, múltiples modelos que expresan una variedad muy grande de comportamientos, relaciones y formas de vida. Han cambiado las normas sociales, las leyes, las costumbres, y cada vez se aceptan más nuevas formas de convivencia familiar como formas legítimas de convivencia: matrimonios sin hijos, convivencia sin matrimonio, nacimientos de hijos fuera del matrimonio, uniones de hecho, familias monoparentales, uniones entre personas homosexuales, etc. Esta es la realidad: existencia de una variedad muy grande de formas de convivencia familiar y creciente tolerancia ante ellas. Tanto el pluralismo de formas y modelos, como la actitud de tolerancia que existe, manifiestan la pérdida progresiva de las señas de identidad que está viviendo la familia. ¿Realmente todas esas formas son lo mismo? ¿Todas pueden cumplir y realizar las funciones, el sentido y la naturaleza de la familia? Urge, realmente, una actitud de lucidez y discernimiento, capaz de analizar y sopesar las nuevas formas emergentes. Desde la racionalidad y el discernimiento moral hay que impulsar el conjunto de valores y derechos constitutivos de la institución familiar. Su cumplimiento puede constituir el más fiel parámetro para medir la recuperación de las señas de identidad de la familia. No son otras que las exigencias de solidaridad radical y comunidad amorosa, lo que a su vez procede de la condición y dignidad de personas humanas que se deciden a vincularse por el matrimonio para dar origen a una nueva vida, para una procreación humana propia de seres humanos.No se trata de reconducir la familia hacia modelos del pasado. Pero no se puede, en modo alguno, si hablamos de familia, atentar contra su esencia misma, que radica en la alianza de amor fiel y fecundo que constituye el matrimonio. Frente a otros muchos sucedáneos, la familia manifiesta una dimensión humana insustituible. Es la dimensión personalizada de la procreación; no sólo del nacer, sino también del vivir y del morir. Por eso se puede afirmar que la familia humaniza a sus miembros, les hace ser y actuar como personas humanas. Una tarea especialmente importante incumbe, en este sentido, a las leyes. Tienen una función pedagógica extraordinaria y una función de ejemplaridad que configura por dónde deben ir los comportamientos sociales. La ley no es la ética, pero influye de manera decisiva en la conducta de los ciudadanos. Reflejan y expresan los deberes sociales. Pueden contribuir, por tanto, a depurar la identidad de la familia o a degradarla.
Eugenio Alburquerque Frutos
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