Nos puede ayudar una pizca de imaginación. Es como si cada familia tuviese una cuenta corriente de amor al que todos sus componentes pudiesen acceder para sobrevivir. Una cuenta bancaria en rojo crea en la mayor parte de la gente una aprensión justificada. La cuenta corriente familiar corre el riesgo de agotarse porque se hacen demasiadas “extracciones” y pocos “depósitos”. Y son pocos los que piensan en ello. Depósitos son todos los comportamientos que acrecientan el capital de amor y confianza. Extracciones, los comportamientos que sustraen confianza, paz, capacidad de resolver en común los problemas y las “ganas de estar juntos”. El que humilla a las personas, actuando de modo duro y descortés, el que falta al respeto, critica y se queja sin parar, no mantiene los compromisos aceptados, se expresa siempre a gritos, incuba el rencor y descarga en casa el nerviosismo de “su” jornada, realiza importantes sustracciones del patrimonio de amor de la familia. El que tiene un saldo en la cuenta corriente familiar en activo goza de una comunicación familiar fácil y satisfactoria. El que tiene la cuenta en rojo es como si caminase por un campo de minas. Debe estar siempre en guardia y sopesar cada palabra y aún así sus mejores intenciones se pueden interpretar mal.La primera entrega se refiere a la finura Las pequeñas nonadas que se hacen cada día con ternura no son nonadas. Las pequeñas atenciones son esenciales para crear un clima de confianza y de amor recíproco. “Alguna vez llego a casa y encuentro mi habitación ordenada y limpia, con un papelito sobre la almohada que dice: “Besotes. Tu hada”. Comprendo que mamá lo ha hecho porque sabe que estoy pasando por un mal momento. Entonces entro en la sala de estar diciendo simplemente: “¡Gracias, gracias, gracias!”, cuenta una muchacha. Hay personas que cocinan, lavan, planchan… para otras durante años y no han oído nunca un “gracias”. Es una de esas palabras, con “por favor, perdona, ¿puedo ayudarte?…”, que pueden obrar efectos milagrosos. Hay mil modos de ser amables. Mujer y marido deben desempolvar con frecuencia los “rituales románticos”: una tarjeta con una felicitación o mensajes breves, un ramo de flores, una caja de bombones, un abrazo aunque no sea Navidad, escuchar música juntos. Y, sobre todo, mirarse a los ojos cuando se habla, evitar interrumpir o acabar la frase que el otro ha empezado, ayudarse en los trabajos de casa, telefonear para decir que se llega tarde o para decir solo “te quiero”. También los hijos necesitan distracciones y pequeñas sorpresas. Todos tienen necesidad de caricias diarias. Están en los gestos, en las palabras, en las miradas, en la atmósfera. Para sobrevivir necesitamos recibir de los demás un alimento afectivo, de cualquier modo que se presente.Amar es un verbo Es demasiado fácil quejarse con frases como: “Ya no hay amor”. Amar es un acto de la voluntad. El amor sentimiento es el fruto del verbo amar. Amar significa escuchar, comprender, apreciar, valorar. Es importante adoptar una estrategia basada en inyecciones de prestigio. Son el mejor reconstituyente familiar. Todos los niños necesitan que se les ayude y se los anime a ser responsables. Disciplina significa ser responsable del propio comportamiento y capaz de comprender las exigencias de los otros. La alabanza es una exigencia fundamental de los seres humanos. Si falta, ninguno da todo lo que puede. Si, por el contrario, se da, todos lo hacen, y con gusto. “¡Tienes un aspecto estupendo!”. “¡La comida ha sido inolvidable!”, “¡Eres un as!”: pensad en el efecto que frases como estas o de un fuerte brazo pueden tener sobre vosotros, sobre los otros y, sobre todo, sobre los niños pequeños. Ellos necesitan esas palabras que los aprueban y los animan, una enhorabuena, verse apreciados por lo que hacen bien o simplemente por el hecho de ser lo que son. No exageréis la alabanza, pero usadla. No sirve para nada únicamente pensarla: hay que hacerla oír. Y acostumbraos a pedir perdón. Algunos padres piensan que pedir perdón debilita su autoridad; en realidad, al hacerlo muestran respeto por los sentimientos del niño. Al excusarse, los padres admiten que todos podemos equivocarnos y que no hay ningún mal en reconocerlo. Examinad con frecuencia vuestra cuenta corriente de amor familiar. Haced todo lo posible para que esté siempre en activo. Si se diesen incidentes en el camino, la “reserva de amor” será vuestra salvación.
Bruno Ferrero
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