Queridos amigos:No quisiera que pasara desapercibida la noticia que comento, porque algo nos toca también a la Familia Salesiana de Don Bosco. El pasado 25 de junio, el Papa Benedicto XVI bendijo solemnemente la estatua de san Luis Orione, colocada en uno de los nichos exteriores de la Basílica Vaticana. Luis Orione fue discípulo de Don Bosco, al que admiró e imitó como modelo de santidad apostólica. Ordenado sacerdote, creó -como Don Bosco- Oratorios para cuidar la educación cristiana de los jóvenes. Consagró todas sus fuerzas a remediar las miserias físicas y morales. Dio vida a ingentes obras de caridad. Fundó varias congregaciones religiosas, entre ellas la “Pequeña Obra de la Divina Providencia”. Fue beatificado por Juan Pablo II en el año 1980 y canonizado en el 2004. Ahora, Benedicto XVI coloca su estatua en la Basílica Vaticana. En la estatua bendecida por el Papa, san Luis Orione tiene en sus manos un libro abierto del Evangelio y en él aparece esculpida esta frase, tomada de sus escritos: “sólo la caridad salvará el mundo”. Al disponernos en este mes de septiembre a emprender o recomenzar tantas cosas, tantas actividades, quizás puede ser bueno grabar muy dentro este mensaje que nos llega de san Luis Orione, que es el mensaje de Francisco de Sales, de Juan Bosco y, sobre todo, de Jesús de Nazaret. En la vida cristiana, la caridad es el corazón de la fe; no es simplemente un mandamiento, sino la respuesta al don del amor con el que Dios viene a nuestro encuentro. “Ves la Trinidad si ves el amor”, escribió san Agustín, que es como si dijera: “ves a Dios, si ves el amor”, porque “Dios es amor” y “donde hay amor, allí está Dios”.Toda nuestra vida, todas nuestras actividades y compromisos serán verdaderamente cristianos si proceden del amor y en el amor se realizan; y, como queda esculpido en la estatua de san Luis Orione, la caridad, y sólo ella, nos salvará y salvará el mundo.
Eugenio Alburquerque Frutos
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