En Rwanda el proceso de democratización y de pacificación avanza. “Nuestra casa –describe sor Candide Asselin– acoge a 52 niños, 20 de los cuales son huérfanos y 32 procedentes de familias pobre, viven con nosotros. La construcción de la escuela materna y de la elemental ya ha terminado y los cursos ya han comenzado. Algunos de los muchachos que tenemos van a la escuela y están muy contentos por poder aprender. Las muchachas mayores van a las escuelas públicas. La casa está abierta a todos aquellos que llaman a la puerta: muchachos que quieren terminar sus estudios, familias que buscan trabajo. Sin embargo la prioridad se da siempre a las jóvenes que no tienen a nadie en el poblado. Las acogemos y les damos todo lo que necesitan".

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