Misiones Salesianas reunió en su sede, el pasado mes de mayo, a un grupo de colaboradores que desde hace años contribuyen al sostenimiento de las misiones. Participaban en una Jornada de Puertas Abiertas que dio a conocer el trabajo que Salesianos de Don Bosco e Hijas de María Auxiliadora desarrollan en 129 países del mundo. Con la misma gratitud que sentía don Bosco hacia los bienhechores de sus obras, don Alberto García-Verdugo, procurador de Misiones Salesianas, acogió a los visitantes en esta jornada. Para ellos trazó la historia de la misión salesiana, desde el primer envío misionero en 1875, hasta su panorama actual, con miles de hombres y mujeres dedicados a la evangelización misionera y el desarrollo de los países más necesitados.Sor Ángela Moneo: Misión en Amazonas Una de las misioneras salesianas con más experiencia en el terreno es sor Ángela Moneo, enviada al Amazonas hace cuarenta y dos años. Durante su intervención en la jornada explicó la labor de las Hijas de María Auxiliadora y de los Salesianos de Don Bosco en Isla Ratón, situada en el río Orinoco, en Venezuela. La narración de sor Ángela asombró a los donantes, por su fuerza de voluntad, superando las dificultades del terreno y los frecuentes ataques de malaria, y su gran aportación a la vida de los indígenas jiwi y piaroa. Explicó cómo las hermanas, después de estudiar sus culturas, han aprendido a fomentar sus valores y a inspirarles otros que mejoren la situación de las jóvenes: “Procuramos siempre apoyar su cultura, que mantengan sus raíces. Todos los salones y los corredores del internado tienen motivos de sus culturas y los letreros están en tres idiomas: piaroa, jiwi y castellano. Hay dos internados con cien chicos y cien chicas. Los Salesianos llevan a los muchachos, que están muy cerca, cruzando una calle, y las Hijas de María Auxiliadora llevamos a las chicas. Las actividades de los internados son mixtas: la escuela, el juego, el tiempo libre y las comidas. Todos comen en nuestra casa, los muchachos y los salesianos, con nosotras, comemos en buena armonía. Formamos una sola comunidad apostólica, tenemos los mismos objetivos, el mismo plan pastoral y la economía es única”. “Además de la escuela, trabajamos por la promoción de las mujeres indígenas” – explicaba la misionera- Nuestro fin es que la mujer vaya progresando, que pueda aprender, por eso tenemos unos talleres de cerámica, costura, moriche (una palma que permite hacer muchas cosas, cestos y otros materiales) y chinchorro (una especie de hamacas que usamos allí, ya que no tenemos camas)”. “Durante los años que las chicas pasan con nosotros, además de la escuela, van a estos talleres y por lo menos saben hacer alguna cosa más que pueden elaborar en su comunidad y luego vender, para que su calidad de vida sea un poco mejor y puedan atender mejor a sus hijos. Lo venden a los turistas y si no hay turistas lo bajan a la misión, que lo vende y se lo retribuye, en dinero o les compramos leche para los niños. Eso las anima mucho, se sienten útiles”.En la retaguardia misionera Esta obra en Venezuela y otras muchas emprendidas por los misioneros han dado origen en los últimos años a toda una estructura, cada vez más profesionalizada, que coordinan las procuras misioneras salesianas. En 1947 nació la Procura de New Rochelle, a pocos kilómetros de Nueva York. En la década de los sesenta nacieron otras tres grandes procuras, en Madrid, Turín y Bonn. Durante los años siguientes nacieron las procuras nacionales en Europa (Bélgica, Suiza, Polonia, Austria, Sevilla, Munich), en América (Canadá, Ecuador, Brasil, Chile), en Asia (India, Filipinas, Corea, Hong Kong), África (Etiopía, Kenia, Congo) y Australia. Con ellas empezaron a trabajar las oficinas de proyectos y desarrollo, en países como Venezuela, Argentina, Madagascar o Sri Lanka. Con similares propósitos nacieron cinco organizaciones no gubernamentales, salesianas en su origen y su carisma: COMIDE, de Bélgica; Jüngen Dritte Welt, de Bonn; la oficina de Washington, que trabaja en colaboración con la Procura de New Rochele; VIS, en Roma, y Jóvenes del Tercer Mundo, en Madrid. Con ellas se formaba una red de 72 organizaciones salesianas para la evangelización y el desarrollo, de diversa estructura pero con similares objetivos.Procura de Misiones Salesianas en Madrid La Procura de Madrid, como las otras procuras nacionales e internacionales, recauda ayudas de múltiples donantes, que distribuye siguiendo las indicaciones del Rector Mayor. Durante el año 2005 las aportaciones recibidas permitieron apoyar 279 proyectos (162 en África, 101 en Asia y 16 en América). Junto con la gestión de los donativos las procuras tienen una importante tarea de animación misionera. Su trabajo de sensibilización llega a numerosas familias que, conscientes de las necesidades reales de la misión, aportan una ayuda fundamental. Es el caso del apadrinamiento de niños, un proyecto de atención misionera que resulta muy popular entre los bienhechores. En 2005 se han apadrinado 2.659 niños en Argentina, Brasil, Burkina Fasso, Camerún, Colombia, Ecuador, Guatemala, Guinea Ecuatorial, Haití, Honduras, México, Mozambique, Paraguay, Perú, República de Benín, República Dominicana, Senegal, Tailandia, Togo, Timor, Uruguay y Venezuela. La primera Jornada de Puertas Abiertas de Misiones Salesianas quiso dar a conocer esta inmensa labor a los bienhechores, sus principales artífices. La iniciativa ha tenido una gran acogida y, en un futuro próximo, se celebrará una segunda jornada, a la que podrán asistir numerosos visitantes.Gracias San Juan Bosco, en una carta escrita poco antes de su muerte, dedicaba estas palabras a los donantes: “Convencido de que, después de Dios, todo este bien y mucho más se ha logrado mediante la ayuda eficaz de vuestra caridad, siento la necesidad de manifestaros, y por eso, antes de concluir mis últimos días, os manifiesto mi más profunda gratitud y os lo agradezco desde lo más íntimo de mi corazón”.
María Jesús Rodríguez
No hay Comentarios