;font color=#CC0000>Educar y evangelizar a través del arte;/strong> Joan Puigdollers, que se sentía orgulloso de que le llamaran “escultor salesiano”. Las obras en iglesias, aulas, patios o pasillos de los diversos centros de la provincia de Barcelona serán el testimonio de su vocación laical de educar y evangelizar a través del arte, al estilo del propio don Bosco, algunas de cuyas palabras se tornan especialmente oportunas: “al final de la vida se recoge el fruto de las buenas obras”. Las cifras de su producción son elocuentes: 300 imágenes, 160 relieves, 40 bustos, 30 grupos escultóricos… Entre las imágenes, hay más de 60 de María Auxiliadora y 50 de don Bosco, que conforman la iconografía frente a la que se han desarrollado varias generaciones de la Familia Salesiana en toda España y en otros 16 países más. Entre sus obras destacan las imágenes de don Bosco en la Basílica de la Sagrada Familia de Barcelona y Montserrat, el retablo de la Virgen de Montserrat en Gratallops (Tarragona) o el monumento al P. Joan Collell en Vic (Barcelona). Además realizó 1.300 proyectos de decoración, así como 1.500 modelos de numismática. Entre sus últimas obras destacan la estatua del beato Josep Calassanz para la capilla de don Bosco de la Casa Provincial Salesiana de Barcelona o la del beato Felipe Rinaldi del santuario de María Auxiliadora de Barcelona. ;font color=#CC0000>Una vida llena de arte;/strong> Joan Puigdollers nació en Vic en 1927. Con 14 años entró en los Salesianos de Sarrià, su vida no se separaría ya de los ámbitos salesianos, donde creció personal y profesionalmente. De aquella época le gustaba destacar la proximidad de los salesianos y la fraternidad de sus compañeros. Otros siete jóvenes formaban la sección de escultura de aquellas escuelas profesionales salesianas, entre ellos artistas actuales como Modest Fluvià, Jaume Perelló o Manuel Buisán. De aquellos salesianos recordaba especialmente a Gaspar Maestre y Cancio Petruzio. El primero fue quien orientó a sus padres para que realizaran su natural vocación artística en las los talleres de carpintería, ebanistería, escultura y decoración de Sarrià. Fue el segundo, sin embargo, quien le animó a aplicar a la escultura sus dotes como dibujante. “Al fin y al cabo, es un dibujo tridimensional”. Al margen de ellos, conoció también a salesianos de la posguerra española: Julià Massana, Felipe Alcántara, Teófilo Rebollo, Rómulo Piñol… De alumno pasaría a operario; luego, a maestro de taller y de ahí a director de la sección de escultura, donde durante 50 años formaría y educaría a diversas generaciones de carpinteros y ebanistas en los Salesianos de Sarrià. También complementaría sus estudios en las prestigiosas Escuelas Massana y Sainz de la Maza. Acuñó un estilo propio, caracterizado por su figuración a través de planos. “Lo atribuyo al intento de tomar lo esencial de lo que quiero transmitir en la siempre difícil sencillez” decía, hace algunos años, al Boletín Salesiano. De sus cinco hijos, la pequeña ha seguido sus pasos y sus nietos Arnau, Aitor, Sergi y Albert son unos magníficos dibujantes. Joan Puigdollers Olm falleció el 7 de diciembre en Barcelona, a los 77 años, tras varios años de delicada salud. Falleció un artista cristiano, un escultor salesiano, un magnífico maestro y un buen padre de familia. Sin embargo, entre todos los calificativos que podrían añadirse a su nombre es significativo el que él mismo elegía: “un antiguo alumno salesiano”.
Sergi Rodríguez
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