Queridos Domingo y María: Ya estamos en el mes de Mayo, parece lejos cuando empezasteis el curso y debéis estar ya en la antesala de los exámenes finales. Y en estas llego con una nueva historia, en este caso relacionada con la comunicación y las nuevas tecnologías. Seguro que conocéis Facebook y Twitter, es más, estoy convencido de que tenéis perfil en por lo menos uno de ellos. También sabréis que hasta el Papa y el Rector Mayor tienen Twitter. Ambos se lo hicieron a finales del año pasado, y seguro que conocéis a algún salesiano o salesiana que tiene perfil en algunas de las redes sociales. ¿Os habéis preguntado por qué? La respuesta es bien sencilla: porque en el espacio virtual es donde los jóvenes pasamos más tiempo, y para bien o para mal, esto es una realidad. De ahí que ahora tengamos un nuevo tipo de relaciones sociales, más inhumanas y frías, con las que corremos el riesgo de perder el contacto (directo o real). Y si antes el acompañamiento requería la cercanía física, ahora con las redes sociales y otros programas informáticos, muchos jóvenes se sienten mucho más cómodos cuando en una relación personal median dos pantallas, ya sean de ordenador, de móvil o de otro dispositivo. ¿A que conoces gente así?, ¿a que a veces también os ocurre? Ni la Iglesia ni los Salesianos han ignorado este signo de los tiempos, y, de hecho, por Twitter circula el hashtag <img src=Marcas/RomboA.gif>iMisión (hashtag es una etiqueta para facilitar la búsqueda de un tema), referido a difundir el mensaje de Jesús a través de la red Twitter, y es que la Nueva Evangelización ha colonizado las redes sociales, en buena lógica, para llegar a muchos jóvenes, y no sólo a aquellos que ya están convencidos de la Buena Noticia. ¿Y sabéis qué? Os animo a hacer lo mismo, yo llevo un tiempo difundiendo algunos de estos mensajes a través de mis perfiles, intentando dar mi pequeño testimonio; y es que aunque las redes sociales pueden maximizar nuestros errores o pueden poner al descubierto nuestra intimidad, tienen el gran potencial de maximizar también nuestras buenas acciones. Así que: ¡es imprescindible aprender a usarlas con prudencia! Por último, si lo hacemos desde nuestro carisma salesiano, el Patio es la clave educativa de todo el Sistema Preventivo de Don Bosco, así que podemos empezar a hablar de un <img src=Marcas/RomboA.gif>iPatio, un patio virtual en el que veis lo que hacen los chavales de vuestro Centro Juvenil y escucháis sus preocupaciones, o también compartir experiencias con vuestros compañeros animadores… Es una nueva manera de actualizar esa pedagogía de Don Bosco que tan bien conocéis. Eso sí, no olvidéis que nunca podemos perder el contacto físico y la cercanía con las personas: allí es donde siempre nos jugamos el todo por el todo.
Ángel Gudiña
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