Para terminar el año vamos a abordar en este número lo prometido en el anterior: algunas pautas que han de tratar de realizar los padres que tengan un hijo adolescente. Todos sabemos de lo complicado de la convivencia con un hijo adolescente, de ahí la importancia de cultivar la paciencia, la prudencia, el autocontrol y el manejo de las emociones. No hay que olvidar que la adolescencia es un ciclo evolutivo y que pasará, por lo que hay que intentar que el trasiego de los años que dura, sea sereno y salgamos de él lo menos maltrechos posible.1. Intentar centrarse en lo positivoPor lo general en muchas ocasiones el convivir con un adolescente promueve la tendencia a centrarse en lo que no funciona bien o en lo que no hacen de manera adecuada o a destacar lo que va mal, lo que no se consigue, lo que no funciona, lo que nos olvidamos,… Esto crea ambientes enrarecidos donde el mensaje no verbal es del tipo: Todo va mal, no hay nada bueno, todo es un desastre, etc. ¿Qué hacer? Ante esta tendencia, destaco varias cosas: ajustar expectativas a la realidad, confiar en ser capaces de conseguirlo, pensar que, a pesar de todo, es posible encontrar las claves de la solución, una disposición positiva para ver luz más que oscuridad. No es sano tirar la toalla en todas las ocasiones. Los padres han de actuar «en bloque».2. Intervenir con firmeza y decisiónTransmitir la seguridad y el convencimiento de que hay que entenderse y regular determinados comportamientos por negociación, lo cual conlleva, por ambas partes, la capacidad de negociar. Para ello hay que intentar que, el adolescente, se involucre en la solución de las situaciones. No dejarles solos, ellos se tranquilizan bastante al comprobar que sus padres están atentos a las situaciones problemáticas. Es muy importante aportarles un entorno de seguridad y estabilidad lo más previsible posible. Necesitan una referencia clara y, al mismo tiempo, mantener una actitud no intervencionista ante sus decisiones, siempre y cuando no repercutan negativamente sobre su integridad física o psíquica. Esto siempre es un equilibrio.3. Marcarnos objetivos realistasSi las expectativas que nos marcamos son muy altas la posibilidad de frustración e insatisfacción también lo será. Hay que marcarse objetivos a largo plazo y a corto plazo. Los primeros permiten mantener una mejora que evoluciona según criterios: características del hijo, edad, situación económica, familiar, etc. Los segundos permiten centrarnos en aspectos concretos, y valorar si estamos en el camino correcto. Ante situaciones conflictivas en la familia que tiene uno o varios miembros adolescentes, lo más práctico es acotar los problemas, actuar al máximo los aspectos que se deseen conseguir, ser muy precisos, huir de generalizaciones, priorizar lo importante en vez de lo que nos gustaría, concretar, definir, especificar, con vistas a poder valorar, medir y ver si vamos consiguiendo logros.4. Tratar de mejorar su autoestima• Apoyar• No culpar• Responsabilizar• No juzgar• No generalizar• Potenciar cualidades, resaltar logros• Fijarse en lo que hace bien, destacar las áreas en las que resalten5. Aprender a autocontrolarseAunque parezca llamativo es muy importante, dadas las circunstancias de los adolescentes actuales, que los padres aprendan a controlarse, es decir, aprendan a tener bajo control propio las respuestas que dan ante diferentes situaciones. El autocontrol ante los hijos es muy complicado dado la implicación emocional que se tiene. Por lo general, no se pierde el control por una sola causa, perder el control ante una situación suele ser un proceso gradual, desarrollando la siguiente secuencia: controlados, menos controlados, descontrolados.Pero ¿cómo recuperar el control sobre uno mismo? Hay que auto-observarse; aprender a detectar nuestro discurso interno y cómo desarrollamos los pensamientos negativos; aprender a manejar estos pensamientos negativos y sustituirlos por otros que nos hagan vivir no tan al límite; mantener bajo control las respuestas fisiológicas.6. Mejorar la comunicación• Escucha activa y empática• Respeto por las opiniones• Libertad para opinar• Verbalizaciones positivas• Emociones controladas• No Descalificaciones• No Humillaciones• Comunicación no verbal: Mucha atención a ella• No perder vía comunicaciónOjalá a través de estas pautas, que hemos comentado durante estos dos últimos años, hayan ayudado a padres y madres a crecer en sabiduría, competencia, habilidad, serenidad y armonía, tomando perspectiva de las propias situaciones familiares, sin dejar por ello de buscar las soluciones en los lugares oportunos. No es fácil ser padres en la actualidad por lo que no hay que desalentarse ni tirar la toalla.¡Ánimo! y hasta siempre.
Antonio Ríos Sarrió
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