Paco, salesiano (1958), sacerdote (1968), madrileño, historiador, formado en la UPS y en la Gregoriana de Roma. Treinta años de enseñanzas medias y universitarias. Cuarenta libros de su especialidad. Congresos, exposiciones, ONGs, coordinador general del Museo Ciudad de las Ciencias de la Salud en Madrid.Pregunta.- Paco, se ha presentado en Madrid el primer tomo del Diccionario Biográfico Español, promovido por la RAE, en presencia de SM el Rey Juan Carlos I. ¿Una iniciativa tan internacional interesa a los salesianos?Respuesta.- En efecto, interesa a toda la Familia Salesiana. La iniciativa, finalmente a punto de concluirse después de doscientos y pico años, era un deseo de la RAE desde su Fundación. Ya los medios han hablado con profusión del tema. 50.000 biógrafías; 50 volúmenes; 4.000 historiadores. Ha sido un trabajo titánico, dirigido por el presidente de la RAE, don Gonzalo Anes. A él y a la Academia nuestro reconocimiento.P.- Los salesianos tendrán un lugar en la Memoria colectiva de nuestro país, pese a su no tan dilatada existencia. Estamos celebrando el 150 aniversario de nuestra fundación.R.- Sí, tienen un lugar y su número, abreviado a la proporción de sus años de recorrido en España. En la historia comparativa de los movimientos sociales y espirituales, los salesianos anudan páginas estupendas de la vida de la España contemporánea. Obispos y educadores, santos y sociólogos, mariólogos y fundadores, de reconocido prestigio e influjo, han tenido su lugar. Sí, son todos los que están, no están todos los que son.P.- Tengo curiosidad por conocer el apartado de santos salesianos españoles.R.- Pues bien, aunque la mayoría de los santos salesianos han sido italianos, nuestra página de santidad se corona con los mártires del siglo XX. En vez de amontonar sus nombres, elegí a José Calasanz Marques por su labor de despiece y montaje del terror en la guerra. No sólo tuvo manos de cirujano para el momento, sino serenidad y cobijo para todo su grupo de salesianos valencianos y catalanes. Después, Sor Eusebia Palomino, la santaza salmantina en cuya ventana nunca se detenían las nubes ni las penas.P.- La marca de familia de los salesianos es la docencia, la educación, la enseñanza.R.- En este campo la comisión aprobó los nombres de Alcántara, Pedro Alejandrino Izquierdo, Gancedo y Vicente. Alcántara entra por la puerta grande de la música. Izquierdo por sus excelentes textos para las enseñanzas medias y universitarias en Venezuela. Gancedo por poner en su sitio la enseñanza del latín y Vicente por su desafío a la pobreza en la posguerra promocionando una carrera comercial sorprendente.P.- ¿Ha habido lugar para salesianos fundadores?R.- Se asientan en este lugar por propio derecho, José Luis Carreño, creador insustituible de obras sociales en la India, Filipinas y en el mismo Harlem. Benigno Castejón, eje vertebral de obras pioneras en Castilla-La Mancha y crisol de todos los ex-alumnos en España. El Padre Beobide que supo enderezar cerca de una docena de centros de formación profesional en el País Vasco y Marcelino Olaechea que, además, de arzobispo de Valencia, fundó un par de congregaciones religiosas.P.- ¿También los salesianos gozan de ese linaje episcopal, con madera de testigos de Jesús?R. – También, pero de linaje sin blasones. Premiados con la distinción de servir a los pobres como José Ramón Gurruchaga, obispo de Huaraz y Lurín (Lima), Miguel Asurmendi, obispo de Tarazona y de Vitoria y, naturalmente, el cardenal Antonio María Javierre, teólogo y ecumenista, autor fecundo. P.- El trabajo suele premiar la constancia en la investigación ¿Ha habido salesianos que hayan encendido esa lámpara para iluminar caminos de humanismo?R.- Sí, sí. Ha existido una Revista de Pastoral Juvenil que supo echar a los salesianos y a otros muchos hacia delante en «tiempos recios» como los nuestros. Nos referimos a Dirigentes, Técnica de Apostolado y Misión Joven, timoneada por el esfuerzo brillante de Eugenio Alburquerque. Durante treinta años educadores de todo tipo aquí han tocado puerto. A su asa, la actividad desbordante del liturgo José Aldazabal y los trabajos de Ramón Alberdi, discípulo de Vicens i Vives, nuestro mejor historiador.P.- ¿La escala de salesianos humanistas se cierra con estos nombres?R.- Ni muchísimo menos. Ni se cierra con los que también han entrado: Rafael Alfaro, premio nacional de literatura. Calero de los Ríos, aro de luz teológica y suelo de firmeza doctrinal. José María de los Santos y López, nuestro Erasmo de Rótterdam, andaluz intuitivo y zumbón, fundador de la Escuela del Trabajo Social de Sevilla, base de la Universidad «Pablo de Olavide». Modesto Bellido, agrimensor de las obras sociales de los salesianos por el mundo. Y, en fin, Juan José Bartolomé, aristócrata de la exégesis bíblica.Amigo Paco, gracias por tu información. Cuadrilla de salesianos, que han entrado en el Diccionario Biográfico Español. Soldados de la fe, la cultura, y el saber. Estas declaraciones nos ratifican en lo que queda ya apuntado: Los salesianos en España han comprendido el lenguaje humano de la sociedad y han respondido con talento a sus retos. Había que recordarlo en letras mayúsculas en el Diccionario de todos los españoles.
Diego Toledano García
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