Mi familia es cristiana y se preocupó de que recibiera una buena educación, por eso me llevaron a estudiar al colegio salesiano. Allí conocí a don Bosco. Con catorce años fui a un campamento del Movimiento Luz Vida (grupos de Fe) donde me platearon una pregunta, ;i>¿y por qué no salesiano? Esta pregunta provocó en mi interior una inquietud que no me dejó en paz, hasta que fui valiente y me acerqué a mi animador para que me ayudara. Posteriormente, fue en los encuentros vocacionales en Córdoba y Granada donde descubrí el proyecto que Dios me proponía. Entonces surgieron en mí interrogantes tales como ¿qué dirá mi familia?, ¿y mis amigos?, y, cómo no, ¿yo, si soy una persona normal, cómo me ha elegido a mí? Todos estos interrogantes hicieron que me inventara excusas para eludir responder, aunque lo cierto es que no era capaz de olvidarme del proyecto de vida que Dios me estaba proponiendo. Por eso, y hasta que vi que tanto mi familia como muchos de mis amigos me apoyaban, iba a los encuentros vocacionales. Y al final de 2º de Bachillerato, cuando todos mis compañeros estaban decidiendo qué estudiar el año siguiente, yo decidí irme a la COV (Casa de Orientación Vocacional) de Córdoba, donde realicé el prenoviciado. Allí reafirmé que Dios quería que fuera salesiano. Doy gracias a Dios por el gran amor que me ha demostrado en estos años poniéndome a tantas personas en mi camino. A ellas les doy las gracias también por cada uno de los gestos que han tenido conmigo.
No hay Comentarios