Entrevistamos a Mara Izcue, nueva inspectora de la Inspectoría Santa Teresa Sor Maravillas Izcue Anzín dirigía hasta el momento el CES Don Bosco de Madrid, a partir de agosto sustituye a Mª Pilar Prieto al frente de la Inspectoría Santa Teresa. En esta entrevista, Maravillas Izcue nos cuenta cómo será su servicio de animación como inspectora. Cuéntanos qué acciones pastorales has realizado en la Inspectoría Santa Teresa hasta ahora.;/strong> Mi experiencia pastoral en los ámbitos de escuela, tiempo libre y casas de acogida, tiene un rico sabor de encuentro con el joven, precedido siempre por el tacto, la finura y delicadeza de una mujer, María Auxiliadora. Las palabras de Jesús: “Tuve hambre, sed, estaba desnudo, fui forastero…”, tienen rostro humano para mí por los años que pasé en la Residencia de Jóvenes del barrio de San Blas en Madrid (1997-2004). ¿Cómo concibes el servicio de animación desde la perspectiva de inspectora?;/strong> El servicio de animación de una inspectora, es el don, el arte de mediar, influir y, en cierto modo, conseguir entusiasmar a la hermana, a la comunidad, a la inspectoría, para que voluntariamente se viva la vocación con tal fuerza y novedad, que sea respuesta de salvación y vivifique la vida de los jóvenes de hoy. ¿Cuando te propusieron este servicio, ¿qué pensaste?;/strong> ¡Dios: Siempre eres Dios! Eres desconcertante, imprevisible. Jeremías, es el profeta que mejor sabe acerca de mi experiencia. (cf. Jr 20, 7-11). En tu servicio de animación, ¿cuál va a ser la idea evangélica, lema y símbolo que quieres esté presente en estos seis años?;/strong> “Haced lo que Él os diga” (Jn 2, 5). Y Jesús por iniciativa de María, nos transforma convirtiendo el agua rutinaria de nuestra existencia en el vino alegre del verdadero Amor. Como inspectora ¿qué te gustaría aportar a la inspectoría?;/strong> Me encantaría que nuestras comunidades fueran espacios vivos de salvación. Sería maravilloso gustar las cosas internamente con el sabor y la pasión del místico y la libertad del profeta. Como salesiana y en los tiempos que vivimos, ¿hacia donde crees que ha de ir la vida religiosa y la acción entre los jóvenes?;/strong> Hacia una apuesta por la cultura de la vida. La vida religiosa, hoy más que nunca, debe ser y aparecer, a modo de oasis de humanidad, donde los jóvenes beban y sacien su sed de eternidad, de vida humano-cristiana. Somos hijos y “producto” de la cultura, por tanto tenemos obligación de conformar una que forme adecuadamente a nuestra juventud. Los valores deben ser los motivos básicos de su conducta, deben dar sentido a su vida. Hay que insistir en la centralidad de los valores morales como medio indispensable para ejercer responsablemente la libertad. Los salesianos y salesianas tenemos que estar despiertos y ser portadores de los genes espirituales de don Bosco y Madre Mazzarello, para afrontar con pasión y valentía la educación de los jóvenes para que sean los centinelas de un mañana humanizador y portador de la verdadera vida, del Dios de Jesús de Nazaret.
I.V.
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