Detalles desde el patio
¿Qué ha significado el patio para mí a lo largo del curso que ahora termina?
A lo largo de este mes pondremos punto y final al curso escolar y no sólo a nivel colegial sino también a nivel de otros ambientes de nuestra Familia Salesiana. Nuestros patios empezarán a quedar vacíos, al menos de los destinatarios que a lo largo del curso los han sido llenando, si bien es cierto que esos patios se trasladarán a otros patios de nuestro #VeranoSalesiano (algo de lo que hablaremos en el próximo número).
Es junio y es buen momento para que nuestras comunidades educativo-pastorales hagan balance de lo que ha sido este curso a nivel de patio, de cómo hemos estado presentes en esa realidad tan salesiana y tan querida por Don Bosco.
Y es que nos podríamos preguntar y nos podrían preguntar: ¿Qué ha significado el patio para mí a lo largo del curso que ahora termina? Y es importante responder de manera sincera y contrastada para comenzar en septiembre con energías renovadas y con las ganas de siempre para hacer del patio salesiano el lugar de encuentro, de crecimiento y de familiaridad que siempre han estado presentes en nuestro ser salesiano. El lugar del encuentro entre el educador y los protagonistas de nuestra vida: los jóvenes de nuestras casas.
Sergio Oter Díaz
Salesianos Arévalo
Detalles desde el aula
“Seño’, ¿qué me vas a evaluar?”
Nos encontramos en el mes de junio. Un mes en el que se dan los últimos coletazos al curso. Un curso, en el que se han dado infinidad de situaciones. Algunas más agradables que otras.
Una de las grandes preocupaciones de nuestros alumnos y sus familias es todo lo relacionado con las evaluaciones, calificaciones, tipos de pruebas, etc. Como todo en la vida, esa preocupación por ser evaluados por los otros, por saber “qué nota” saco o me ponen los demás.
Se me viene a la cabeza una viñeta de mi querido Frato, en el que se pretende evaluar de la misma forma a un conjunto de animales para subir a un árbol. Es evidente que el mono lo tendrá más fácil que el elefante.
En nuestras escuelas, en nuestros hogares, nuestros campamentos que ya están cerca, no podemos pretender que todos sus miembros respondan de la misma forma, ya que cada uno tiene sus peculiaridades y, hay que responder a esa diversidad personal y social que nos encontramos en nuestra tarea diaria. Todo ello con grandes dosis de paciencia y mucha creatividad.
Ánimo para este final de curso y busquemos soluciones creativas a las situaciones que nuestros alumnos, nuestros hijos, animados nos plantean y sobre todo, confiemos en las posibilidades de cada uno.
“No te preocupes. Siendo tú mismo y con esfuerzo, ya verás cómo lo logras”.
Mª del Carmen Garrido
SSCC Salesianos Triana-Sevilla
Cruzar las fronteras
Educación, evaluación en la vida
Llega junio, mes que marca el final del curso. Y las evaluaciones ocupan un lugar importante en este tiempo. Se evalúa para poder valorar el progreso.
En realidad todos debemos evaluarnos para mejorar nuestra acción y valorar sus resultados. Suele ocurrir que, a veces, la oportunidad de una auténtica evaluación la encontramos en la propia vida, como le ocurrió a cierto joven.
“Cuentan que tras ganar varios concursos un arrogante y joven campeón retó a un reconocido maestro zen en el arte del arco. Con su primer disparo el joven dio en pleno centro de la diana; su siguiente flecha partió en dos la primera. “¡A ver si eres capaz de igualar eso!”, le dijo al maestro. Inalterable, el anciano en lugar de sacar sus flechas invitó al joven a que le siguiera hacia lo alto de una montaña.
Pararon al llegar a lo alto de un profundo abismo atravesado por un frágil y tembloroso tronco. El maestro caminó tranquilamente hasta el centro del tronco, eligió a lo lejos un árbol como blanco y disparó un tiro limpio y certero. “Ahora es tu turno, joven campeón”, dijo el anciano mientras saltaba serenamente a tierra firme. Ante el pavoroso precipicio, el joven fue incapaz de dar un paso sobre el tronco y menos aun lanzar una flecha. “Eres muy hábil con el arco”, expresó con amabilidad el maestro “pero tu mente es débil y hace a tus flechas siervas de tus temores”.
La narración nos habla de la humildad y lo fácil que es hacer las cosas bien cuando las circunstancias son propicias. Pero, ¿y si cambian las condiciones? ¿De qué vale una destreza o habilidad si mi mente es incapaz, si carece de la actitud necesaria para darle uso en nuevas situaciones, a veces menos favorables? El joven campeón “sabía” pero le faltaba la competencia, la actitud del maestro. Competencia derivada de una sólida y trabajada actitud mental ante la vida y los problemas.
Loli Ruiz Pérez
Inspectora FMA Sevilla
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