Después de la celebración del ‘Sínodo de los Jóvenes’, Francisco no podía hacernos un regalo mejor. Con su Exhortación apostólica «Cristo vive»ha querido acompañar a todos los jóvenes en el camino hacia el encuentro personal con Jesús.
Desde la primera página Francisco ha fijado su mirada en la juventud con la intención de presentárnosla ocupando un lugar privilegiado en el seno de la Iglesia y, por tanto, en el mismo corazón de Jesús, siempre vivo y a nuestro lado.
Sí, este ha sido el mejor regalo que el Papa podía hacernos. Tendremos la oportunidad de comprobarlo con la ayuda del Tema central de nuestro Boletín Salesiano a lo largo de 2020.
Francisco: La Pastoral Juvenil, prioritaria en la Iglesia
El Documento Final del Sínodo de los Jóvenes plantea la necesaria renovación de la pastoral de juventud.
Por ello, al terminar el Sínodo todos esperábamos con ilusión la Exhortación apostólica postsinodal que el papa Francisco redactaría personalmente; así lo hizo. El título es bien significativo: «Christus vivit» — «Cristo vive».
El estilo de este documento pontificio es claramente ‘franciscano’, con detalles que muestran la rica personalidad del autor y su amor a los jóvenes. El contenido complementa y enriquece el Documento Final del Sínodo, que el Papa ha asumido plenamente, sin pretender substituirlo.

Vatican Media
Él se ha pronunciado claramente sobre esta cuestión: “En el Sínodo se hicieron muchas propuestas orientadas a renovar la pastoral de juventud y a liberarla de criterios y prácticas que hoy ya no son eficaces porque no favorecen el diálogo con la actual cultura de los jóvenes. Naturalmente, no es posible presentar aquí una relación de todas estas propuestas. Muchas de ellas se pueden encontrar en el Documento Final del Sínodo”(208).
Algunos de nuestros lectores podrían creer que, en esta “Carta a los Jóvenes”, Francisco solo se fija en ellos y únicamente muestra preocupación por ellos. Si pensaran de este modo cometerían un grave error, y el mismo Papa lo advierte desde el principio: la pastoral de juventud debe constituir una cuestión prioritaria en la Iglesia y, de modo particular en quienes tienen responsabilidades en este ámbito. Ciertamente, los jóvenes son destinatarios preferentes de los mensajes incluidos en esta Carta de Francisco, pero él también se dirige al conjunto de la Iglesia, sin excluir a nadie.
He aquí sus palabras: “Por tratarse de un aspecto de nuestro proceso sinodal, también dirijo este mensaje a todo el Pueblo de Dios, tanto a los pastores como a los fieles, porque a todos nos apremian el desafío y la urgencia de reflexionar sobre los jóvenes y para los jóvenes. Por consiguiente, a veces me dirigiré a los jóvenes directamente, mientras que en otras ocasiones propondré consideraciones de carácter general para el discernimiento eclesial”(3).
La Palabra del papa Francisco
Los cuatro primeros párrafos de esta ‘Carta del papa Francisco a los Jóvenes’ tienen un carácter claramente introductorio y nos permiten descubrir la importancia de este documento pontificio.
● «¡Cristo vive! Él es nuestra esperanza y rejuvenece continuamente nuestro mundo y todo lo que hay en él.
Por ello, las primeras palabras que quiero dirigir hoy a cada uno de vosotros, jóvenes cristianos, son estas: ¡Cristo vive, y quiere que tú también vivas!» (CV 1).
● «Cristo está en ti; Él está siempre contigo y nunca te abandona.
Por mucho que te alejes, allí donde estés va a estar el Resucitado. Él sigue llamándote y esperando que vuelvas a él para empezar de nuevo.
Cuando sientas que envejeces a causa del dolor, el resentimiento o el miedo, la duda o el fracaso, Él siempre va a estar a tu lado para ayudarte a recobrar el vigor y la esperanza» (CV 2).

● «Dirijo esta Exhortación apostólica a todos los jóvenes cristianos, y lo hago con mucho amor.
Es una carta que se propone recordaros algunas convicciones que brotan de nuestra fe y, a la vez, alentaros a crecer en santidad y en el compromiso con vuestra propia vocación.
Por tratarse de un aspecto de nuestro proceso sinodal, también dirijo este mensaje a todo el Pueblo de Dios, tanto a los pastores como a los fieles, porque a todos nos apremian el desafío y la urgencia de reflexionar sobre los jóvenes y para los jóvenes. Por consiguiente, a veces me dirigiré a los jóvenes directamente, mientras que en otras ocasiones propondré consideraciones de carácter general para el discernimiento eclesial» (CV 3).
● «Me he dejado inspirar por la riqueza de las reflexiones y los diálogos surgidos en el Sínodo del año pasado. No podré incluir aquí todas esas aportaciones, pero las podéis leer en el Documento Final.
Al escribir esta carta he procurado resumir las propuestas que me parecieron más significativas. De este modo, en mis palabras resonarán las voces de miles de creyentes de todo el mundo que transmitieron sus opiniones al Sínodo. Los jóvenes que no son creyentes y desearon compartir su modo de pensar también hicieron sugerencias que suscitaron en mí nuevas cuestiones» (CV 4).
Invitación a la reflexión y al debate

● «¡Cristo vive! Él es nuestra esperanza y rejuvenece continuamente nuestro mundo y todo lo que hay en él» (1). ¿Qué me sugiere la expresión ‘Cristo vive’? ¿Dónde imagino a Cristo vivo? ¿De qué modo creo yo que Jesús puede hoy rejuvenecer nuestro mundo y todo lo que hay en él? En particular, ¿cómo imagino que Jesús puede rejuvenecerme a mí? ● «Cristo está en ti; Él está siempre contigo y nunca te abandona. Por mucho que te alejes, allí donde estés va a estar el Resucitado» (2). ¿Creo que Jesús está siempre conmigo? ¿Cómo lo imagino? ¿En qué momentos me cuesta más ‘verlo’? ¿Y en cuáles menos? ¿Cómo y cuándo logro relacionarme con Él? ¿He tenido la experiencia de intentar alejarme de Jesús? ¿Cómo acabó mi aventura? Mi relación con Jesús, ¿afecta a mi relación con los demás? ● «Dirijo esta Exhortación apostólica a todos los jóvenes cristianos, y lo hago con mucho amor» (3). Si yo soy destinatario preferente de esta Carta del papa Francisco a los jóvenes, ¿cuál es mi actitud en estos momentos? Si Francisco llamase a la puerta de mi casa para entregarme esta Carta, ¿cómo me sentiría? ¿Qué pensaría? ¿Cómo le acogería? ¿Me he planteado la idea de regalar esta Carta del papa Francisco a algún amigo o amiga que haya mostrado poco interés por leerla? ● «Los jóvenes que no son creyentes y desearon compartir su modo de pensar también hicieron sugerencias que suscitaron en mí nuevas cuestiones» (4). ¿Qué oportunidades tengo yo de compartir mi modo de pensar con jóvenes que no son creyentes? ¿Mantengo algún tipo de relación con jóvenes que profesan una religión distinta de la religión católica? En caso afirmativo, ¿nos hemos sentido cómodos dialogando sobre cómo vivimos nuestra propia fe? ¿Hemos llegado a alguna conclusión? |
Francesc Riu, sdb

No hay Comentarios