Mi año en Loma Alta es difícil de resumir. Supone tal cantidad de recuerdos y emociones que no sabría por dónde empezar. Loma Alta es un pueblito de algo más de mil habitantes que está en el este de Bolivia, cerca de Brasil (800 kilómetros), por lo que el clima y la gente no responde a la idea previa que se tiene de ese país, vamos que Loma Alta no tiene nada de andino, aunque, por supuesto, hay muchos indígenas, ya que Santa Cruz, la región a la que pertenece, es la zona industrial principal de Bolivia, por lo que tiene mucha inmigración interna.El pueblo se sitúa en lo que allá llaman monte, pero para nosotros serían más bien las puertas de la selva. Por eso la vegetación y fauna son increíblemente variadas. En este pueblito y los cercanos (otras cuatro comunidades más pequeñitas) funciona el proyecto salesiano que dirige la Hermana Graciela, una bomba de mujer que, aparte de tener la energía de diez elefantes, es la representación viva de lo que supone vivir para los demás, un ángel en la tierra, pero con un látigo escondido cuando hace falta. Dicho proyecto es básicamente educativo, es decir, funciona a partir del Colegio, pero no incluye sólo dar clase (tanto a alumnos como profesores), sino también un montón de actividades pedagógicas, lúdicas, sociales, pues Loma Alta es 24 horas de compartir, vivir, conocer, experimentar y aprender.Allí se vive con la gente en todo momento y lugar, con ellos y como ellos, se juega, canta, baila, discute… Dentro de la labor diaria hay unas responsabilidades directas: ser profesor de alguna asignatura, monitor de algún grupo juvenil, responsable de la gestión de los apadrinamientos… y otro montón de cosas que, si se tienen ganas y tiempo, se pueden realizar, según las propias capacidades y habilidades: deporte, música, teatro, sanidad, grupos parroquiales… Todo esto va dentro de una línea educativa. Después de un trabajo de varios años, se está cada vez más cerca de conseguir que la Escuela funcione completa e independientemente para que los chicos y chicas de la zona puedan optar a estudios superiores si lo desean, pudiendo realizar todo el ciclo básico sin necesidad de irse a la ciudad o sin que sea relevante el tener medios o no, pudiendo también optar a becas para la Universidad. Esto que era casi impensable hace unos años, está siendo posible gracias sobre todo al trabajo de la Hermana Graciela y al de muchos voluntarios, entre los que, gracias a Dios, me encuentro, porque ha sido la mejor experiencia de mi vida. En mi caso, fui profesor de inglés, pero eso era casi lo que menos tiempo me requería, ya que para eso tenía un horario concreto. El resto del día podía ser profesor de cualquier otra cosa, médico, psicólogo, asistente social, entrenador, amigo, alumno y muchas cosas más. Loma Alta es la oportunidad de vivir con gente de un mundo diferente pero con el mismo corazón y sentimientos, aprendiendo de ellos cada segundo, compartiendo todo, viviendo a otro ritmo y con otros valores distintos de los nuestros, conociendo lo que es imposible conocer a través de la tele o de los libros, porque son experiencias únicas que te cambian por completo. Podría contar mil momentos que sólo se pueden entender si has estado allí… Para mí el año más corto de mi vida, porque ni me enteré de lo rápido que pasó, y aún ahora, cuatro años después, estoy saboreando todo lo que vi y sentí en Loma Alta.
No hay Comentarios