Desde Don Bosco hasta nuestros días discurre una tradición de santidad, porque la encarnación del carisma que él originó se expresa en multitud de estados de vida y formas diferentes. Se trata de hombres y mujeres, jóvenes y adultos, religiosos y laicos, obispos y misioneros que, en distintos contextos históricos, culturales y sociales, en el tiempo y en el espacio, han hecho brillar el carisma salesiano con una luz esplendente, representando unpatrimonio significativo en la vida y en la comunidad de los creyentes, y también para los hombres de buena voluntad.

Después de proclamar a Don Bosco maestro genial de santidad, esta revista de la Obra Salesiana irá relatando las gloriosas efemérides de beatificaciones y canonizaciones de miembros pertenecientes a dicha Obra en 1924, 1929, 1934, 1938, 1947, 1950 y 1951.

Pierluigi Cameroni, Postulador General para la Causa de los santos de la Familia Salesiana, publicó recientemente el dossier sobre el estado de la Santidad Salesiana. Una aportación de gran interés, que expresa la rica herencia de santidad de la Familia Salesiana. En palabras de Pierluigi Cameroni: “Somos custodios de un patrimonio muy valioso que merece ser conocido y apreciado mejor”. Sin embargo, existe el riesgo de reducir este fecundo patrimonio de santidad simplemente a un hecho litúrgico-celebrativo, sin valorar plenamente su potencial espiritual, pastoral, eclesial, educativo, cultural, histórico, social y misionero.
Valorar el patrimonio de santidad que brota de Don Bosco y que llega hasta nuestros días es demostrar la verdad de la frase pronunciada por Miguel Rua después de la muerte del Santo Fundador: “De ahora en adelante, sea nuestro lema de la orden: la santidad de los hijos sea prueba de la santidad del Padre”.

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