Falleció en Madrid, el pasado 24 de junio. Padre de dos hijas: Mª Carmen y Encarnita, antiguas alumnas salesianas y una de ellas FMA. Fue un hombre trabajador, responsable y justo. Muy amante de la familia. Frecuentó mucho nuestros ambientes salesianos y tuvo a gala decir que era “católico y cumplidor de sus deberes religiosos” y, a pesar de su edad, hasta el final de sus días participó siempre en la celebración de la Eucaristía dominical. Realmente fue una persona de fe y oración, generosa y desinteresada que daba todo lo que tenía con tal que los demás disfrutasen. Damos gracias a Dios por su vida y ejemplo y esperamos que María Auxiliadora, de quien fue tan devoto y a quien invocaba con frecuencia, le haya acompañado ante su Hijo. ¡Descanse en paz!
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