Falleció en Bilbao el 27 de julio de 2006, a los 95 años. Había nacido en Calzada del Coto (León). Fue un hombre de fe profunda en Dios y su Providencia. En sus obras y palabras siempre aceptó la voluntad de Dios, sobre todo al enviudar con cuarenta años. Vivió el espíritu de las Bienaventuranzas de Jesús con una personalidad bien definida: cordial, amable, alegre, justo, sincero, honrado, generoso y agradecido a Dios por el don de la vida. Ayudaba a los pobres y misioneros con donativos y suscripciones a sus revistas. La Eucaristía diaria era el centro de su vida. Vivió la devoción a la Virgen María con distintas advocaciones (Pilar, Perales, Auxiliadora, Carmen, Begoña, Inmaculada). Daba muchas gracias a Dios por sus siete hijos y porque el Señor escogió a una hija y a un hijo para ser salesianos. Descanse en paz.
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