Falleció en Sevilla el pasado 22 de enero, a los 55 años. Casado con doña Concepción Gómez, tuvo cuatro hijos. Juan había nacido en una familia cristiana y salesiana. En el colegio salesiano de Mérida, creció en edad, responsabilidad y compromisos apostólicos. Como dijo el obispo de Jerez en la homilía del funeral, que le confió el mismo Juan, los cuatro años que pasó en Mérida, habían conformado su vida cristiana y salesiana. Siempre vivió y se manifestó cristiano valiente, agradecido y comprometido. Los periódicos lo definían: Hombre bueno, generoso, leal, valiente, profundamente humano, amigo…Así lo despedía un joven cofrade: gracias por tu ejemplo de saber estar. Gracias por ser mi maestro. Gracias por ser mi hermano. Descanse en paz.
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